Crítica de Mi familia italiana
Los mitos de ese gran cine que Italia tuvo son inmortales, lejos quedan esos nombres que son Fellini, Visconti, Pasolini o estrellas internacionales como Sophia Loren o Marcello Mastroianni. Hace unos años Paolo Sorrentino trajo ese sentido homenaje a Fellini con ‘La gran belleza’ ahora, en forma de actor seductor, Cristina Comencini muestra otro tributo con ‘Mi familia italiana’, que fue la última película que rodó una de las grandes actrices del cine en Italia: Virna Lisi.
Se cumplen 10 años de la muerte de Saverio Crispo, uno de los actores considerados símbolos del Grande Cinema Italiano y también con fama de haber sido todo un latin lover. En la mansión que tuvo el intérprete en la región de Puglia se reúnen sus dos ex mujeres, una italiana y la otra española; sus cinco hijas, cada una de una relación diferente. Pese a que les une el recuerdo de un hombre arrollador, también es vendrá a la mente ese marido, ese padre y, con ello, secretos, rivalidades y rencores que les harán ver el pasado de una forma diferente.
El cinéfilo sabe que el cine italiano ya no es lo que era, y eso ellos también, lejos quedan esos años de esplendor, de cineastas de renombre. Por ello, la realizadora, cuyo padre –Luigi Comencini– era uno de los reconocidos cineastas de la comedia italiana que trabajó con figuras del cine de su país como Totò, Vittorio Gassman o Alberto Sordi como con estrellas internacionales como Fernando Rey o Annie Girardot.
Por ello, la directora ha querido rendir homenaje a una época que ya pasó, eso sí… de un modo peculiar. Ya que ‘Mi familia italiana’ (‘Latin Lover’ es su título original, muy cercano a lo que quiere homenajear) repasa la vida de una estrella ficticia de ese tiempo, Saverio Crispo. Un actor “latin lover” mujeriego y que cumplía con todos los estereotipos del momento: Actor multidisciplinar, mujeriego, capaz de trabajar con el star system de Hollywood como de estar en el cine vanguardista europeo.
Y como buen artista mujeriego, tuvo varios romances y, con ello, una abultada descendencia. Con lo cual, ‘Mi familia italiana’ muestra las consecuencias de aquella vida, a cinco hijas de madres distintas, a dos ex-mujeres y un cúmulo de secretos y discusiones. Y ahí es cuando entra la otra fase de la película, ya que Comencini ha creado tres filmes en uno. Aquí es cuando muestra la comedia de enredo, la familiar, la que demuestra que el cine italiano está sigue otra senda. Y para ello, cuenta con un reparto muy internacional: Marisa Paredes, Candela Peña, Lluís Homar, Jordi Mollá, Valeria Bruni Tedeschi, Pihla Viitala y cómo no, la gran Virna Lisi, que fue una despedida por todo lo alto de la gran diva italiana.
Con un estupendo reparto, ‘Mi familia italiana’ es una comedia de enredo elegante, bien hecha, que se entremezcla con el homenaje, dejando una pieza divertida y entrañable, ideal para el verano. Una película donde lo masculino queda a expensas de un reparto femenino arrollador, carismático y con interpretaciones magistrales.
Quizás el Grande Cinema Italiano ya no exista pero las comedias de enredo elegantes y con buen gusto que saben beber de sus fuentes, que no olvidan a su pasado hacen que se disfrute del momento actual. Todo un homenaje, doble al poder ver a la gran dama Virna Lisi por una última vez. ‘Mi familia italiana’ cumple con su triple función, el de divertir, de mirar ácidamente a aspectos del pasado y al de homenajear al séptimo arte. Cristina Comencini demuestra que es una de las realizadoras más estables de Italia, todo un acierto.