Crítica de Foxcatcher, cine grande, de otra época
Son pocos, pero seguros. Y Bennet Miller pertenece a esa generación que, más que directores, parecen Cineastas. Con mayúsculas.
Foxcatcher, aunque no lo parezca, es la película de terror de la temporada. Un varapalo que encoge el estómago a todo aquel que compre lo que ofrece: un retrato real sobre el golpe al sueño americano. Hostia terrible, más que golpe.
La película cuenta la relación que existió entre ese filántropo, filatélico y ornitólogo Du Pont con sus nuevos juguetes (el quipo olímpico de lucha de Estados Unidos, nada menos), y la imposibilidad de que una fuerza tan destructiva como la de los principales implicados reflejase algo de luz o esperanza. Podría decirse que Foxcatcher es la película con menos esperanza que hayamos visto en mucho tiempo.
Cine grande, de otra época, con un elenco sobresaliente (qué injusticia con el trabajo de Tatum, el peor tratado por los pintamonas de los premios y que aquí se entrega en cuerpo y alma) y con una dirección magistral que recuerda a cuando los dinosaurios (del cine) dominaban La Tierra. Steve Carell está soberbio y Ruffalo, uno de los más laureados en el boca a boca, juega un papel algo más discreto pero también más cercano y humano que el resto del elenco.
A pesar de las caracterizaciones, siempre peligrosas y capaces de sacarte de una película (como El atlas de las nubes), todo es tan enfermizo y tan horrible, (ten en cuenta que esta movida pasó) que cuando uno termina de ver Foxcatcher acaba con los músculos doloridos.
El que más, el corazón.
Let’s get ready to rumbleeeeee
5 / 5