Crítica de Expediente Warren (The Conjuring) (2013)
Wan, James Wan. Si muchos de nosotros nunca llegamos a tener en alta estima la fundacional Saw, una simpática tontería que bebía de unas fuentes a punto de agotarse en su tiempo, el thriller a la Se7en, sí que empezamos a fijarnos en su director a raíz de sus siguientes trabajos. Silencio desde el mal y, sobre todo, Sentencia de muerte, las dos rodadas en el mismo año, mostraban a un director joven con actitud y devoción por el género fantástico y virulento.
Después de un parón de un par de años, Wan nos regalaría Insidious, una de las mejores y más originales cintas de terror de los últimos años. Y este año promete ser intenso, ya que el director estrenará, además de la película que nos ocupa, el segundo capítulo de Insidious.
Pero ahora es turno para hablar de Expediente Warren, mejor conocida como The Conjuring, un James Wan con mayúsculas.
Si eres de los que disfrutó de Insidious, estás de enhorabuena: The Conjuring es más de lo mismo, pero más grande y aterrador. Se trata de otro tren de la bruja de un director que se ha matriculado con nota en su propio estilo, que cada vez rueda mejor y que por momentos nos recuerda al Spielberg de los ochenta, tanto en su faceta de director como en la que ejercía en películas como Poltergeist. De nuevo con Patrick Wilson como protagonista, la historia real de uno de los casos más espeluznantes del matrimonio Warren, demonólogos reconocidos por el Vaticano que dedicaron su vida a cazar demonios y fantasmas, y que entre otros muchos casos, estudiaron el de Amityville, que sirvió después como base para un libro espeluznante y una serie de populares películas.
La película va al grano desde el primer segundo, no se anda con rodeos y sobresale, una vez más, el trabajo de Wan con la cámara, rodando de esa forma tan personal y hábil, capaz de situar al espectador en medio de la situación. Y es que Wan entiende el terror como un festival de atmósferas y tensión que culminan, casi siempre, en un susto fabuloso o en un respiro de alivio.
El nivel de sustos por minuto sigue aumentando de película en película y por eso queremos tanto a Wan, aunque el esquema de la historia sea clavado al de Insidious, investigación en equipo a mitad de historia y montaña rusa del horror.
Qué más da, que estrene todos los años una así y que llegue pronto Fast & Furious 7, que esa también meterá bastante miedo.