Crítica de El Mensajero (2013)
Nueva película del pluriempleado Dwayne “The Rock” Johnson, para que luego digan que hay paro en el mundo, que vuelve a la carga pero en un papel sorprendentemente muy alejado de sus trabajos habituales. Aquí tenemos la oportunidad de contemplar a un Dwayne en un tono mucho más dramático, más humano y más real, nada que ver con ese icono del cine de acción y del mamporro fácil y contundente, y tenemos que reconocerlo, no lo hace mal, aunque tampoco para echarle demasiadas flores.
El director Ric Roman Waugh, nos propone un género que parece su devoción, como es el thriller con tintes carcelarios como ya hiciera con la aceptable “Criminal” en 2008. Aquí se ayuda de una trama inspirada en hechos reales, con un empresario de éxito en el mercado del transporte, Dwayne Johnson, que ve como su vida da un giro dramático cuando su hijo se ve envuelto en un problema de drogas que puede dejarlo entre rejas durante veinte años. La solución, un chivatazo que de con algún capo de la droga, y este padre de familia se ayudará de uno de sus empleados, Jon Bernthal (The Walking Dead) para conseguir su objetivo.
Tenemos ante nosotros una trama de nada más y nada menos que dos horas de duración, con un argumento muy en la línea de Cruzando el Límite de Fred Cavayé, aunque sin llegar a la intensidad de ésta. Una nueva historia de un padre coraje, con situaciones bastante intensas, dramáticas y que por momentos conseguirá pegarte al asiento. Algunos diálogos y partes del metraje se vuelven demasiado pesados, alargados en demasía, pero curiosamente la trama principal tiene momentos que giran demasiado rápido quitándole credibilidad.
Jon Bernthal quizás sea la sorpresa más agradable del reparto, demostrando ciertas dotes interpretativas que con los proyectos adecuados pueden aportarle cierto potencial, Susan Sarandon como fiscal no desentona y Barry Pepper (Salvar al Soldado Ryan), pasa prácticamente desapercibido. Dwayne como ya comentamos, ni enseña músculos de acero, ni reparte ostias como panes, todo lo contrario, mostrándose bastante débil a lo largo del metraje en el aspecto físico, cosa a estas alturas, difícilmente digerible, pero lo aceptamos.
Intensa propuesta y a ratos bastante interesante, a evitar para los amantes de la acción ya que no más de diez minutos de las dos horas de duración se nutren de ella. Con ramalazos de crítica al sistema judicial y carcelario de los Estados Unidos y el siempre mensaje que sólo hace falta una chispa de mala suerte, o de malas decisiones para dar al traste con una vida en apariencia perfecta. Nada sobresale pero en general buen conjunto, digna de merecerse un buen visionado.