The Walking Dead Temporada 4 capítulo 10 “Inmates” Análisis

En The Walking Dead Temporada 4 capítulo 10 “Inmates” análisis, intentaremos recorrer todo lo que ha dado de sí este capítulo dos de la segunda mitad de la cuarta temporada de “Los Muertos Vivientes”.  El retorno de la serie sobre zombis más famosa de la historia se produjo la semana pasada con el capítulo 9 “After” (Después), que para muchos no colmó las expectativas. Considerado como un episodio de trámite, muchos fans se sintieron decepcionados por la falta de ritmo y emoción, pero siendo, sin lugar a dudas, uno de los capítulos más fieles respecto al cómic de Robert Kirkman y Tony Moore. Como siempre os avisamos, nuestro estudio de este capítulo 10 “Inmates” (Presos) será profundo, por lo que contendrá “Spoilers“, así que si no lo has visto corre a hacerlo y visítanos luego para sentir el escalofrío del Apocalipsis Zombi a través de las letras.

Si el anterior sólo nos presentaba la relación entre Rick (Andrew Lincoln) y su hijo Carl (Chandler Riggs), y una visión bastante más profunda e inédita hasta ahora del pasado de Michonne (Danai Gurira), este capítulo 4×10 de “The Walking Dead” nos ofrece una amalgama mucho mayor de personajes, de destinos desconcertantes, respuestas esperadas a los hechos acontecidos en el capítulo 8 de la cuarta temporada “Too Far Gone” (Demasiado Lejos), e incluso la aparición de nuevos protagonistas que prometen dar mucha guerra y convertirse en fijos y regulares en el devenir de la serie. Con el grupo de supervivientes más disperso que nunca y con lo que parece un nuevo comienzo dentro del universo de “The Walking Dead”, algunas interrogantes se cierran y otras se abren, con la posibilidad de que el grupo que habitó durante meses la prisión no vuelva a reunirse nunca más. Os invitamos a sumergirte en el análisis del capítulo 10 “Inmates” de la temporada 4 de “Los Muertos Vivientes”.

Comenzamos este nuevo episodio escuchando la voz en off de Beth Greene (Emily Kinney), en el momento que se hallaba escribiendo en su diario personal aquel tiempo pasado de la llegada a la prisión tras la invasión zombi y el caos en la granja de Hershel (Scott Wilson). Oímos sus palabras de esperanza tras la entrada al nuevo refugio, al nuevo hogar, con frases como “Si no hay esperanza para qué vivir“, y siempre con los consejos y los ánimos de su padre presentes. Eran tiempos felices, de una falsa realidad, pero ahora el presente es bien distinto y le ha vuelto a abrir los ojos. Según escuchamos las palabras de Beth, la veremos junto a uno de los favoritos de la serie, Daryl Dixon (Norman Reedus), luchando y huyendo de una horda de zombis hambrientos. Sin parar de mirar atrás, esta pareja de supervivientes saldrá del interior del bosque y correrán a un basto campo abierto hasta caer rendidos en el suelo a causa de la completa extenuación. Una vez más queda claro que no hay lugar para la esperanza en el universo de “The Walking Dead”, la muerte siempre acechará y no parará hasta encontrarte.

Tras esta trepidante secuencia inicial que parece indicarnos que este capítulo 10 “Inmates” de la temporada 4 de “The Walking Dead” será mucho más emocionante que el episodio 9, presenciaremos a Beth y Daryl sentados frente a un pequeño fuego al anochecer. La chica presionará al ávido arquero para seguir buscando a los supervivientes, pese a los trágicos momentos acontecidos parece no perder la esperanza. Daryl, cabizbajo, no parece estar por la labor, pero la insistencia de Beth que cuchillo en mano se adentra en el bosque sin importarle cuales pudieran ser las consecuencias, terminarán haciendo florecer el compañerismo de Daryl que terminará siguiéndola.

No cesarán en su empeño hasta el amanecer, cuando veremos a la pareja protagonista envuelta en sudor pero rastreando cada huella y cada resquicio de los posibles pasos o destinos de aquellos pocos que consiguieron sobrevivir al asalto de la prisión. En un momento de descuido, que todos sabemos que son mortales por necesidad en “The Walking Dead”, un caminante atrapará por la espalda a Beth, y su vida penderá de un hilo. La rápida respuesta de Daryl, que atrapa al zombi y lo lanza hacia el suelo para que la chica le de fin con una certera puñalada en el cerebro, acabará con la amenaza, que no parará lo más mínimo el empeño de ambos en buscar algún rastro de vida.

Tras el encuentro con diferentes muertos en el camino, ya sea en forma de caminantes o desmembrados y desechos por el suelo, y diferentes discusiones entre ambos con la fe como trasfondo, recriminándole Daryl a Beth con dureza que a su padre Hershell no le sirvió de nada, volveremos a tener a la pareja sentados frente al fuego. Escuchando de nuevo la voz en off de la chica y bajo las palabras, también haciendo referencia al diario escrito en el pasado en la prisión, “si esto no funciona no se como podría continuar“, pasaremos diametralmente a otro punto de las múltiples historias que nos depara este episodio 10 de la cuarta temporada de “The Walking Dead”.

Parece que al grupo formado por Tyreese (Chad Coleman) , Lizzie (Brighton Sharbino), Mika Samuels (Kyla Kenedy), perdidos en el bosque y con la pequeña Mika entre sollozos echando de menos a Carol (Melissa McBride). Pero poco tardaremos en sorprendernos con la respuesta a una de las interrogantes que más han dado que hablar en el intervalo temporal, desde la finalización de la primera mitad de la cuarta temporada de “The Walking Dead” y esta segunda, la muerte o no de la hija de Rick y Lori. Por suerte la pequeña ha sobrevivido al asalto de la prisión por parte del despiadado Gobernador, y aunque viéramos su sillita ensangrentada dos capítulos atrás, la veremos totalmente sana a brazos del bueno de Tyreese.

Si en el capítulo 9 “After” vimos la madurez de Carl, en este capítulo 10 “Prisioneros” veremos la de Lizzie. La pequeña niña repleta de miedos es ahora fría en sus actos y en sus palabras, incluso hablando sin el más mínimo respeto a Tyreese. Una de las secuencias más llamativas y que más nos avisan de lo que podríamos ver de Lizzie en un futuro, será cuando la veamos disfrutar y relamerse literalmente de gusto mientras degolla a un par de liebres. Pero ésto no será lo único perturbador que veamos de ella en este episodio…

Una de las pocas escenas divertidas y más sosegadas de “Inmates”, será cuando veamos a Tyreese y a las dos pequeñas cambiar el pañal de Judith, pero los lloros de la bebé se convierten en una amenaza sin igual y en un reclamo demasiado peligroso para la multitud zombi que acecha en los 360º de “The Walking Dead”. Posteriormente, lo que parecía un muerto viviente en la maleza y que terminará siendo una bandada de cuervos, asustará a Mika que correrá despavorida, por suerte, Lizzie y Tyreese darán con ella sana y salva. La tranquilidad durará poco, ya que unos gritos desoladores harán que Tyreese deje a las dos hermanas cuidando de Judith mientras que él investiga su procedencia. El superviviente, martillo en mano, se encontrará con un padre y un hijo luchando contra un grupo de zombis, ayudándoles de inmediato pero sin poder evitar que ambos caigan en un combate ya perdido desde el principio.

Los sollozos de la pequeña Judith causarán que un grupo de caminantes se acerque rápida y amenazadoramente a Lizzie y Mika, aunque Lizzie parece ni siquiera darse cuenta de lo que le rodea, con su mano en la boca de Judith para que sus llantos no se escuchen, pero a su vez disfrutando con una maldad escalofriante al ver como la bebé comienza a asfixiarse. Tyreese escuchará un disparo y volverá corriendo a ayudar a las hermanas, pero sin tiempo de reaccionar verá como ambas salen del bosque acompañadas de Carol, uno de los personajes más queridos de toda la serie ha vuelto, aunque aún no sabemos si lo hará para quedarse.

El grupo que ahora lo formarán cuatro integrantes, seguirá su camino, con cierta tensión en el rostro de Carol tras el conflicto con Tyreese y la muerte de su novia, que fue el detonante para que Rick la expulsara de la prisión, pero por fortuna para ella, Tyreese no sabe nada de lo ocurrido. Un nuevo camino a la esperanza se abrirá ante ellos, tras llegar a un cartel que indica “SANTUARIO: los que llegan sobreviven“.

Tras ésto, nos dirigiremos al tercer de los cuatro grupos que se nos presentan en este capítulo 4 x 10 “Inmates”, formado por Bob Stookey (Larry Gilliard Jr.), Sasha (Sonequa Martin) y Maggie Greene (Lauren Cohan). Tras cierto recelo por parte de Sasha, ella y Bob aceptarán ayudar a Maggie en la búsqueda de Glenn Rhee (Steven Yeun). Se respira cierto romanticismo en el ambiente, con un Bob que ajeno a los hechos ocurridos y las amenazas presentes parece tirarle los tejos alegremente a Sasha, sigue siendo uno de los personajes más divertidos de la serie y esperamos más protagonismo por su parte en el devenir de la serie.

En su camino, este grupo de tres se encontrará con el autobús donde Glenn y un numeroso grupo de supervivientes, se resguardaron y huyeron tras la caída de la cárcel. Entre sollozos y con grandes temores, Maggie se dará cuenta que el vehículo esta absolutamente infectado por caminantes, y uno de ellos podría ser su prometido. ¿Muere Glenn en el episodio 10 de The Walking Dead? Decidirán dejarlos salir uno a uno, para darles muerte total y averiguar si Glenn se encuentra entre ellos. La situación se les escapará de las manos y un numeroso grupo de zombis saltará del autobús y correrá hacia ellos, pero por fortuna los supervivientes se defenderán bien y acabarán con ellos con pocos problemas pese al impacto inicial de Maggie.

Posteriormente, Maggie entrará el bus, ya que entre vísceras, cuerpos desmembrados y litros de sangre, se encuentra aún un muerto viviente. Aunque a primera vista bien podría ser el protagonista asiático, todo terminará siendo un mal susto, la esperanza para ella aún no estará perdida. Directamente tras esta escena, la interrogante del paradero de Glenn se responderá, y le encontraremos tumbado en el filo de un puente destruido dentro de la prisión, y bajo él un numeroso grupo de muertos vivientes deseosos de hincarle el diente.

Glenn parece que no realizó un largo camino en el autobús, bajando del mismo, para su fortuna, con la misión de buscar a su prometida Maggie. Con escasas fuerzas y aún débil tras la enfermedad que a punto estuvo de acabar con su vida, veremos al superviviente en su celda de la cárcel, armándose con las armas de fuego y cuerpo a cuerpo que escondía bajo su cama, agarrando la armadura usada en el primer asalto a la prisión por parte del Gobernador en la tercera temporada, y derrumbándose al ver la foto de su amada. Glenn no tardará mucho en salir de la prisión, enfrentándose a un poderoso grupo de caminantes que no podrán morderle gracias a su revestimiento. Para su sorpresa, se encontrará sentada, cabizbaja y tras una verja a Tara (Alanna Masterson).

Tras insistir, y con un claro arrepentimiento por parte de ella por haber seguido las directrices de Philip, Glenn la convencerá para que le ayude a buscar a Maggie. Ambos saldrán de lo que ahora es un amasijo de hierro, fuego, destrucción y muerte, y días atrás era un hábitat seguro. En el exterior, Tara será la primera en contarle la muerte de Hershell, afectándo sobremanera a Glenn, aunque otro numeroso grupo de zombis no les dejará mucha tregua, uno a uno conseguirán acabar con ellos. Glenn absolutamente exhausto caerá desmayado en el suelo, y será Tara la que machaque literalmente la cabeza al último muerto viviente.

Lo siguiente que veremos será ya la última escena del capítulo 10 de la cuarta temporada de “The Walking Dead”, y será un momento vital a partir de ahora. El sargento Abraham Ford (Michael Cudlitz), Rosita Espinosa (Christian Serratos), y el Doctor Eugene Porter (Josh McDermitt), harán su entrada triunfal en la serie a bordo de un 4×4, con el primero armado con un fusil y un rudo aspecto y recibiendo a Tara con las palabras “Tienes una boca muy sucia, ¿lo sabías? ¿Qué más tienes?

CONCLUSIÓN

Sin llegar a forma parte de esos grandes capítulos que todos esperamos para dar cierre a este cuarta temporada de una de las series más importantes del momento, “The Walking Dead”, sí se forjan los caminos y se comienzan a hilar las diferentes tramas argumentales, para finalizar este episodio 10 “Inmates” dejándonos un buen sabor en el paladar. El desarrollo de algunos personajes es un poco desconcertante, como el visto por Carl en el anterior capítulo, y en este en las figuras de Beth y Lizzie. Parece que se quiere rejuvenecer al grueso de protagonistas principales de la serie, queriendo dar un mayor protagonismo a los más jóvenes, pero habrá que saber hacerlo con un poco de tacto porque de lo contrarío esa madurez temprana podría convertirlos en pedantes y no terminar de congeniar con el público.

No es difícil saber, que en “The Walking Dead” hay personajes de alto calibre y varios peldaños por encima, como Michonne, Carol, Rick, Tyreese o Daryl, pero otros quizás no estén aún lo suficientemente resueltos en pantalla como para dar el paso hacia delante, aunque el tiempo y las situaciones que a partir de ahora acontezcan en “Los Muertos Vivientes” nos terminarán dando una respuesta más concreta. En “Inmates” todo va de menos a más, las escenas de acción son una constante, la factura técnica de la serie sigue sorprendiendo por su alto nivel cinematográfico y los zombis aparecen por decenas. Pese a todo, nos hemos acostumbrado a las amenazas más allá de los caminantes, y la entrada de un villano parece necesaria tras la muerte del Gobernador, con un fastuoso trabajo interpretativo de (David Morrissey).

La entrada final del sargento Abraham Ford (Michael Cudlitz), Rosita Espinosa (Christian Serratos), y el Doctor Eugene Porter (Josh McDermitt), es cuestión de segundos pero explosiva, sólo por el hecho de tener a un nuevo personaje (Abraham) con tremendo carisma que a buen seguro dará muchísimo juego a partir de ahora y cambiará aún más sin cabe el incierto devenir de los supervivientes. El capítulo 10 “Inmates” (Prisioneros) de la cuarta temporada de The Walking Dead, mejora lo visto en el anterior y que por lo general resulta más que satisfactorio. En el universo de “Los Muertos Vivientes” aún queda mucha vida por delante…

VALORACIÓN FINAL: 8.5