Series policiales, ¿un éxito infinito?

En algunos estudios realizados a actores y actrices de Hollywood, se mostraba que el oficio más repetido entre los papeles a interpretar por estos profesionales era el de policía, cuando en realidad el porcentaje de policías espectadores era más reducido respecto a los de otros sectores.

Sin embargo, la gente quiere ver policías y quiere convertir a sus héroes en ellos, porque representan el orden, la ley y la justicia y es en este lugar donde quieren disfrutar de los protagonistas. Incluso los intentos actuales de demonizar al héroe y consagrarlo como un asesino de buen corazón (Dexter) o cuyas acciones serán legendarias (Hannibal), presentan entornos policiales.

Desde siempre, las series policiales han funcionado en televisión, ya sea realista como Canción triste de Hill Street, espectacular al estilo de Cops, incluso dentro del género fantástico como Death Valley. Todas consiguen ratios de audiencia importantes y unos seguidores fieles ávidos de nuevas historias.

En la actualidad, como comentamos, se intenta mostrar agentes de policía y detectives algo menos comunes, con personalidades incluso únicas. Ejemplos de esto podrían ser The Bridge, con una detective casi autista o Luther, con una personalidad más agresiva posiblemente que los delincuentes a los que descubre.

Otras series optan por un cuidado en el tratamiento de la historia, del entorno, de la fotografía. Un producto cinematográfico que sólo por extensión no está en los cines, pero no por calidad como la depresiva The Killing o la adrenalítica 24 Horas.

Además el efecto CSI de departamentos especializados en determinado área forense o de investigación ha fomentado (prácticamente siempre con éxito) el nacimiento de series policiales en este sentido. Bones analiza los restos óseos de las víctimas, Criminal Minds (Mentes Criminales) se enmarca en el psicoanálisis… En ocasiones se acude a un experto para ayudar en las investigaciones, lo que se convierte en el eje de la serie, como El Mentalista, las adaptaciones de Sherlock Holmes (Sherlock, Elementary) o incluso ladrones (White Collar).

La seriedad y el realismo no están dejados de lado, series como Rookie Blue siguen enfatizando en las relaciones personales como hilo conductor de estas producciones, que utilizan el entorno policial por ser el más atractivo para los telespectadores.

¿Estamos agotando el género? No parece probable, pero por si acaso los productores están enfocando las series policiales cada vez más hacia entornos fantásticos o de terror (Sleepy Hollow) o bien incluso cambian de época para contar las mismas historias en periodos anteriores (Copper).