Rape or Revenge: La evolución lógica del slasher
Puede que muchos lectores consideren erróneo el nombre de “Rape or Revenge”. Efectivamente, el famoso subgénero se denomina Rape & Revenge y se germinó en el film exploitation que tantas joyas nos ha aportado a los fans del terror y el thriller.
Para quien no lo conozca, el subgénero Rape & Revenge plantea películas en las que la protagonista (normalmente es una mujer) es secuestrada, torturada, en ocasiones víctima de abusos y, en pocos casos, asesinada.
Pero esto es tan sólo la primera parte del film, en el segundo tramo, la protagonista se recupera (puede incluso que vuelva de la tumba) y se venga de sus enemigos con la mayor crueldad posible. Para una mayor profundidad sobre este tipo de películas, se puede consultar gran cantidad de libros como el de Alexandra Heller-Nicholas, “Rape-Revenge Films: A Critical Study”.
Sin embargo, la diferenciación de ambos verbos que proponemos en Rape or Revenge no es fruto de una mala traducción, sino totalmente voluntaria, ya que el subgénero ha evolucionado en la actualidad hacia un componente menos erótico y más de acción, perdiendo con ello parte del elemento del terror.
Es preciso explicar que parte de la “culpa” de este cambio de tercio es debido al género slasher, sobre todo al film de culto “Scream”. La humanidad del asesino aportó el elemento indispensable del “Rape or Revenge“, que es la posibilidad de abatir la amenaza por parte de las víctimas, algo que le valió al pobre Ghostface el título de “asesino más torpe de la historia”.
Esta aparente debilidad de los antagonistas en el slasher se mostró ineficiente en la calidad de otras películas que no consiguieron calar en el espectador al mismo nivel, por lo que los cineastas probaron un cambio de tercio a medias entre creatividad morbosa y adaptación clásica, el que hemos denominado “Rape or Revenge”.
¿Y qué ofrece este tipo de películas? Pues básicamente alguno de los elementos que inician los títulos anteriores, ya sea la captura y posterior tortura o violación del protagonista masculino o femenino, o bien el intento de asesinato más cercano a un film slasher. El componente diferenciador es que la víctima se convierte en el más letal de los enemigos, acabando con sus agresores de una forma contundente.
Añadido a este giro narrativo, el afán por lo políticamente correcto tan propio de nuestra época ha eliminado el sufrimiento del personaje protagonista, hasta el punto de que si se consuma una violación, el film adopta tintes dramáticos bastante lejanos a la atmósfera de terror a la que estamos acostumbrados.
Así pues, se opta por un “Rape or Revenge”, que viene a significar “Violación o Venganza”, algo así como “Mata o sé matado” en un contexto narrativo en el que, hasta la fecha, era el asesino el único que podía cometer atrocidades.
Las películas recientes han demostrado que todo ser humano es capaz de un acto de crueldad, ya sea por satisfacción personal o bien por supervivencia. Uno de los mejores ejemplos pudimos verlo en 2011 con el film Tú eres el siguiente. En esta película de Adam Wingard, una familia es atacada por unos misteriosos asesinos aprovechando que se encuentran aislados en una casa de campo. Una de las integrantes del grupo, sin embargo, demuestra unas dotes sobresalientes para sobrevivir, preparar trampas y contraatacar, hasta el punto de que el espectador se cuestiona si no serán los aspirantes a asesinos las verdaderas víctimas de todo lo que prepara el personaje de Erin, interpretado por la hermosa Sharni Vinson.
De forma más reciente, aunque con una calidad ligeramente inferior, podemos disfrutar de “Nadie Vive”, película que llega a España directamente en DVD sobre una pareja que es secuestrada por unos asesinos, que buscan dinero fácil. A ojos del buen espectador, ver que Luke Evans (protagonista de la trilogía El Hobbit y Drácula: La leyenda jamás contada) es el personaje masculino secuestrado, deja bien claro que no va a dejarse humillar fácilmente. Al contrario, ni la pareja es pareja, ni la víctima es víctima. Evans es letal e imparable en todos sus papeles y Nadie Vive no iba a ser la excepción, haciendo así honor al título.
Curiosamente uno de los directores que más ha hecho evolucionar este estilo, aunque alejándose del terror, es Quentin Tarantino. Casi todas sus películas poseen componente “revenge” en ocasiones como consecuencia del “rape” y otras como forma de evitarlo. Kill Bill es el mayor exponente en la filmografía de este director, capaz de hacer despertar a “la novia” de un coma para evitar una violación. El resto de la narrativa es pura venganza consumada contra quienes la agredieron el día de su boda hasta el punto de dejarla casi muerta.
Otra película como Death Proof muestra a tres amigas persiguiendo a su agresor, lejos de esconderse o llamar a la policía. Las chicas, expertas conductoras sin remilgos, se enfrascan en la búsqueda del villano con el único fin de matarlo por sus actos.
Quizás el único componente “rape & revenge” claro de Tarantino lo vemos en Pulp Fiction, en la que se explica (como si fuese necesario) el riesgo que supone violar a uno de los criminales mafiosos más peligrosos de la actualidad. Ving Rhames acomete a su agresor recortada en mano y gritando amenazas que harían temblar al más valiente de los hombres.
El género sigue generando ideas en los directores. Así que ya sea un “rape & revenge”, un “rape or revenge” o un “slasher”, lo que está claro hoy en día es que los asesinos ya no tienen las de ganar, pues sus víctimas podrían llegar a ser más peligrosas que ellos mismos.