Person of Interest Temporada 4 Capítulo 22 Recap: YHWH
¿Habéis notado algo? No sé, algún nuevo orden mundial, algo de caos, tal vez algún derrocamiento. Eso significa que los buenos han ganado, ¿no? Para enterarnos bien tendremos que hablar de lo ocurrido ayer en Person of Interest, que termina temporada con un emocionante final. ¡Alerta spoiler!
Samaritan
Como nos dejaba el episodio anterior, Samaritan está a punto de conseguir la localización de la Máquina. Ante todo pronóstico, ésta se pone en contacto con Finch y Root a través de un antiguo teléfono que encuentran detrás de un muro de su guarida. La llamada les alerta de que la Máquina se está muriendo, pues ha activado el código de cierre. Muy decidida, Root asegura que es hora de devolverle tantos favores e ir en su ayuda.
Se las apañan solos, porque Reese no contesta al teléfono. Y normal, pues sigue retenido por la Hermandad, junto a Elias. En realidad no quieren nada de él, Dominic quiere adueñarse de la ciudad y para ello su hombre es Harold. Quiere que John le lleve hasta él. Con tal de que hable, amenazan con matar a Fusco, que sigue esposado en otra sala. Menos mal que con la ayuda de Harper puede escapar.
Y Fusco emprende la huida del lugar, con los miembros de la Hermandad de cerca. Dominic ordena dispararle a la mínima que sea visto y en seguida acierta en esposar a Harper junto a John y Elias, como traidora. Dominic les quita los móviles y descubre lo moderno que resulta ser el sistema del de Reese. O lo desbloquea ahora mismo y Finch aparece allí o se cargan a Elias y Harper. Sin mucha más opción, John acepta.
Punto caliente
En el equipo de los malos las cosas les van bien, por ahora. Greer se encuentra con Zachary (Robert Manning, Jr.), uno de sus subalternos, mientras ambos observan cómo Samaritan empieza a tomar el control. La Máquina va perdiendo fuerza.
En Washington DC tenemos a Control, todavía pensando qué serán aquellos números que Shelly apuntó en la fecha en la que iba a cambiar el mundo. Que es hoy. Pero Control no está sola. Le pide a Shiffman (Suzy Jane Hunt), integrante de su equipo, que introduzca esos números en el ordenador y busque coordenadas o cualquier cosa que puedan ser. También le pide que busque amenazas o alertas posibles en las principales ciudades del país en los próximos días.
Aparecen en todas, menos en la capital. Y eso muy muy raro. ¿Ninguna amenaza contra Washington DC? Ni un monumento, ¿ni nada? Cuando pinchan en la ciudad sí que aparecen, pero todos en nivel bajo. ¿Samaritan tiene un fallo? Control no se lo cree y le cuenta a Shiffman sus sospechas sobre el ataque. Sin embargo, el 6 de mayo solo tendrá lugar una cosa en Columbia Highs, es el único “punto caliente” del día.
Protocolo
Shiffman le pasa a Control el memorándum de la seguridad, el protocolo de cuarentena y todo lo concerniente a ese lugar, cosa de la que Control no tenía ni idea. Sin embargo, algo ocurre, pues supuestamente ella fue quien escribió ese memorándum. Se dirige al lugar junto a Devon (Nick E. Tarabay), que ni pregunta demasiado ni parece importarle saltarle el protocolo. Ella no ordenó ningún dispositivo de seguridad. Allí hay algo.
O había algo. Lo único que encuentran es un fuerte olor y un tanque de propano. Y, lo peor de todo, seis marcas de otros tanques. Alguien ha estado haciendo bombas, las suficientes como para hacer volar un edificio del gobierno.
Plan
La Máquina sigue hablando a Root. Parece que tiene un plan, pues sigue mandándoles a sitios. Llegan a un edificio de donde Root tiene varias llaves que les llevan al ático. Allí, unos traficantes de armas estaban enseñando algunos artículos a un señor que ve como Root y Finch hacen acto de presencia en su salón por sorpresa. La mujer dispara a los traficantes y se lleva las armas. Está claro que la Máquina tiene un plan.
Uno de los traficantes consigue ponerse en pie y disparar al ascensor, que ha quedado allí parado. Root le pide a la Máquina que si quiere que le ayuden a sobrevivir tiene que entrar de lleno en el juego. Y el sistema le hace caso, se cuela en el ascensor y consiguen salir de allí.
Caleb
Su siguiente paso es entrar en las oficinas de Caleb Phipps (Luke Kleintank), persona de interés tiempo atrás y genio informático. Están allí para tomar prestadas algunas cosas. Consiguen entrar gracias a un pase robado, pero Finch tiene que desactivar las cámaras de seguridad, pues no podía amañarlas como de costumbre. Es una solución, pero no la idónea: sin cámaras no cuentan con la ayuda de la Máquina.
Root consigue descargar enseguida la parte del código que le interesa, porque eso es lo que tienen que tomar prestado, un algoritmo de compresión. Pero todo le parece demasiado fácil. Como se temía, de repente aparece Caleb con su equipo de seguridad. Root trata de convencerle de que van a salvar el mundo y su código es parte vital del plan, sin embargo la aparición de Finch en escena es la crucial.
Harold se siente muy orgulloso de todo lo que Caleb ha conseguido en su vida. Phipps les da su código en un pen drive, pues está muy agradecido con Finch y conocerle le cambió la vida. Además, Root tomará prestadas también unos prototipos de chips de memoria RAM que sabe que su empresa está testando. Bajo el nombre de Proyecto X. Muy secreto, sí, pero a la Máquina no se le escapa nada.
Prioridades
Finch recibe la llamada del móvil de John, pero es Dominic. O aparece en el cuartel de la Hermandad en 15 minutos, o John dejará de respirar. Root sabe que la prioridad absoluta es salvar a la Máquina, pero Harold quiere hacer caso a Dominic. “Las personas son la prioridad, la Máquina existe para protegerlas”.
Root parece convencerle. Por un lado, la Máquina no dejará de lado a John y seguro que le ayuda. Por otro, algo más importante, si no ayudan al sistema el mundo cambiará para siempre.
Su siguiente paso es robar un coche de policía, mientras los agentes paran a tomar un café, lo que no pasa desapercibido a cámaras de Samaritan. Lo siguiente en la lista de la compra de la Máquina son bolsas de hielo. Tendrá un plan, pero por ahora no le veo yo el sentido. Eso sí, Samaritan ya les sigue la pista y envía a sus agentes a por ellos.
Fax
Dominic, mientras espera a Harold, decide separar a sus retenidos. Lleva a otro lugar a Harper y Elias. Minutos después, un fax llega al lugar donde tienen a John. Porque la Hermandad usará mucho el fax. Cuando una de la banda lo lee en voz alta, John se da cuenta de que son instrucciones que le está mandando la Máquina.
Le dice exactamente dónde tiene que pegar la patada y dónde disparar. Acto seguido, Fusco hace acto de presencia con la policía y consiguen arrestar a Dominic. Y a Elias. Mientras los agentes se llevan a los arrestados, John se fija en un señor con mala pinta que le mira desde la otra acera.
Final
Cuando Fusco acompaña a los detenidos a comisaría, nos damos cuenta de que Elias tiene un plan. Elias siempre tiene un plan. En un momento dado mete la cabeza entre los brazos y de repente un camión se lleva por delante el furgón policial. Si ese es su plan de escape es un poco extremo. Pero sobrevive y le sacan de allí.
Dominic también sigue vivo. El señor con mala pinta que vio John resulta ser un francotirador que dispara al mafioso que estaba ayudando a Elias a huir. Ahora Dominic se dirige hacia él pistola en mano, pero es sorprendido por Fusco, que también sigue vivo y también lleva su arma. Dominic baja la suya, pero es disparado en la frente por el francotirador. También consigue matar a Elias.
El señor con mala pinta trabaja para Greer, y acaba de cargarse a las dos fuerzas imperantes en el crimen de Nueva York. La corrección parece que ya ha empezado y Samaritan ha empezado deshacerse de todo aquel que pueda suponer una amenaza, entre ellos vemos también muertos a Devon y también a Shiffman y todo el equipo de Control.
Thornhill
En las noticias, los informativos se hacen eco de las subidas de tensión eléctrica que se están viviendo por todo el país y se dirigen hacia el este. Se trata, cómo no, de Samaritan. También vemos a unos operarios, que llevan todo el mes instalando unas cajas en los postes de la luz. Ni siquiera saben qué están instalando, no se lo han dicho y no les permiten mirar, así que deciden no investigar. Trabajan para Thornhill, empresa creada por la Máquina.
En Washington DC, Control se encuentra con el senador Ross Garrison (John Doman), y le pide el teléfono que introduce en una caja a prueba de escuchas. Le dice que es hora de terminar con Samaritan, pues Greer les ha utilizado y planea algo terrible.
Le cuenta lo de la bomba, y que deben de volver a trabajar con la Máquina, que nunca mintió ni era tan terrible en sus actuaciones como Samaritan. Pero el senador no le cree y se marcha de allí pensando que está loca. Sin embargo, descubrimos que Control también tiene sus métodos: mientras el móvil del senador estuvo en la caja, Control copió la información al suyo.
Brooklyn
La Máquina le cuenta a Root dónde está emplazada: en Brooklyn. Gracias al sistema, logran llegar más rápido al lugar, pues les va poniendo los semáforos en verde. Llegan a un edificio donde encuentran a John y a un repartidor con 15 portátiles. Está claro que la Máquina piensa en todo. Los agentes de Samaritan aparecen, pero el equipo consigue entrar gracias al código de seguridad que la Máquina les dicta. El lugar resulta ser una estación eléctrica escondida, pero es pequeño para ser el emplazamiento de la Máquina.
Mientras John trata de deshacerse del mayor número de agentes posibles, Root sigue órdenes y empieza a colocar chips en una placa base, sin saber por qué. Entonces es cuando Harold descubre una de las cajas de Thornhill y la abre: la Máquina está allí, porque está en todas partes, en cada caja en cada poste. La Máquina se cargó ella sola al sistema nacional de electricidad. ¿Pero cómo salvarla?
Tendrán que actuar rápido, pues Zachary ha llegado al lugar y les ordena salir o ellos entrarán. Root y Finch deciden descargarse la Máquina, su núcleo principal, gracias a todo lo que han recolectado en el episodio. Es peligroso “devolver el genio a la botella”, pueden destruirla. Pero es la única opción.
Padre
Mientras John se ocupa él solo de unos 25 agentes, Root hace lo propio dentro del edificio. Finch vigila la descarga en los portátiles, puestos encima de las bolsas de hielo. El grupo se ve acorralado y la Máquina, por medio de un monitor, se comunica con Finch, al que llama “padre”. Genial escena mientras suena, entre los disparos, el Welcome to the Machine de Pink Floyd.
La pantalla continúa hablando. “Lo siento, te he fallado. No sé cómo ganar”. MOMENTAZO. Harold le cuenta que nunca la programó para tal situación, un reto imposible. La Máquina se pone intensa y cree que, si Finch piensa que ha perdido el rumbo, tal vez deba de desconectarse. Le da las gracias por crearla. Mientras, vemos como la subida de tensión va de poste en poste destruyendo cada una de las cajas de Thornhill.
Welcome my son
Cuando Control descubre a su equipo muerto, no puede creer lo que está viendo. Ya ni siquiera apunta con su arma a Greer, porque entiende que el proceso ni siquiera le necesita. Samaritan es independiente y ha comenzado con su plan. Samaritan escribe en la pantalla de la sala que aquello no es un ataque, sino una prueba. De repente, unos agentes entran, amordazan a Control y se la llevan. Greer le pregunta a Samaritan si ha terminado, pero el sistema le asegura que todavía no.
Root y Finch se dan cuenta de que puede que hayan salvado a la Máquina, pues tienen en un maletín buena parte de su código con las memorias RAM de Caleb. Salen del lugar para encontrarse a Reese, rodeado de heridos. Pero llegan más y más hombres. La temporada termina con John y Root disparando mientras la música suena y Harold avanza tras ellos mientras lleva la Máquina con él.
Opinión
Antes de nada, CBS, renueva esto. Porque la temporada termina así, por todo lo alto dejándonos sin un final y todavía no hay confirmación de que habrá una próxima temporada. Este episodio, el número 90, se llama YHWH, tetragrama que simboliza el nombre de Dios en hebreo, Yahweh. Muy adecuado. La Máquina se convierte en la persona de interés.
El episodio ha tenido de todo, por supuesto. Después de tanto tiempo intentando imaginar dónde estaría la Máquina quién iba a pensar que se encontraba en cada esquina de la ciudad. Al final, gracias al equipo, han podido al menos salvar parte de su esencia. El maletín que la contiene (el de aquel Huevo de Fabergé) ya lo vimos algunos capítulos atrás, por lo que suponemos que este plan la Máquina ya lo tenía pensado desde entonces.
La muerte de Elias y Dominic propician un escenario totalmente nuevo en la ciudad, sin embargo todo queda empañado por la idea de que Samaritan parece haberse salido con la suya. No me ha gustado NADA que capturasen a Control, un personaje que había despertado mis simpatías ahora que parecía hacer lo correcto y que iba a llegar hasta el final.
¿Y las bombas? ¿No había bombas? Medio episodio detrás de pistas y resulta que ha provocado decenas de muertos y la captura de Control, sin ninguna idea de qué será de ella. El Team Machine sin Machine deja un escenario desolador, pero queda esperanza, siempre.
Tenemos al equipo vivo, a Shaw viva, y a Harper por ahí, a la que sigo viendo potencial. Solo falta otra oportunidad, necesitamos otra temporada, en la que los buenos terminen con los malos.
Puntuación: 9