Hook: Análisis de la película de Spielberg que deberías volver a ver (y amar)

Antes de empezar, siento la necesidad, por respeto a mi mismo, pero sobre todo a ti lector, de advertirte de que este es un artículo muy personal, largo, sensiblero y puede que absolutamente erróneo en sus análisis y conclusiones. Mi apuesta con él es fuerte y como diría Gandalf: insensata. Incluso es probable que si el propio Spielberg me estuviese leyendo, me negará la razón con argumentos seguro que más sólidos que los que yo voy a exponer.

Dustin Hoffman como Capitán Garfio y Robin Williams como Petar Pan, protagonistas de Hook

Y es que escribir sobre Hook, probablemente la película de Steven Spielberg más ninguneada y criticada de su carrera, no es fácil. Incluso podría pensar el lector que es una pedantería por mi parte, un intento de demostrar ser el más listo de la clase encumbrando un filme vilipendiado hasta la extenuación incluso por el propio Spielberg. Pero de verdad, escribo desde el corazón y con el absoluto convencimiento de que todos deberíais amar Hook.

A veces he tenido la duda de si Hook no me gustará más a mi que al propio Spielberg. Es la película de su larga carrera sobre la que el propio director peor ha hablado con el paso de los años. Pero a mi es un filme que me subyuga y emociona incondicionalmente. Una película necesaria que espero os apetezca volver a ver tras leerme, tanto si no os disgustó del todo en su día (es lo más positivo que he logrado escuchar al respecto por cualquiera que la haya visto), como si pertenecéis al bando de los que no la soportan.

Existen buenas y malas películas, otras son placeres culpables, sabemos que son malas pero nos gusta verlas por algún motivo, y luego están las conocidas como happy places (lugares felices), que pueden ser indistintamente El Padrino o Love Actually, El Apartamento o Los fantasmas atacan al jefe. A esta categoría pertenecen las películas que podemos ver una y otra vez o a las que acudimos cuando necesitamos reconfortarnos, trasladarnos al universo de la película en cuestión porque, como diría Esperanza Gracia, hay algo que nos preocupa, nos inquieta, o nos perturba. Hook es uno de mis happy places particulares.

¿Por qué?, pues porque para mi Hook es la película más infantil, soñadora, ingenua y al mismo tiempo melancólica que he visto. Spielberg traza en Hook un retrato de cómo el paso de la niñez a la edad adulta borra gran parte de la magia que debería regir nuestra vida, o al menos nuestra forma de enfrentarnos a ella.

La historia que nos cuenta Hook es sencilla. Robin Williams interpreta a un ejecutivo tan ocupado y preocupado, que ya no recuerda que en su día fue un niño perdido llamado Peter Pan. Hasta que  el rapto de sus hijos por parte del Capitán Garfío le haga volver al País de Nunca Jamás para intentar recuperarles. La película es el viaje que el personaje de Williams (que podría funcionar como reflejo de cualquiera de nosotros) hace para recuperar a sus hijos y, lo que él no sabe, a sí mismo.

Hook contiene algunos de los momentos más inquietantes y al tiempo sublimes del cine de Spielberg, cómo la escena de en la que Robin Williams entra en la habitación de sus hijos para descubrir que han sido raptados. También tiene alguna de las escenas más insoportables de su filmografía, y lo digo yo que os estoy intentando convencer de sus bondades. La secuencia del partido de baloncesto a bordo de patinetes de los niños perdidos no soporta ni el primer visionado.

Hook, la película más ninguneada y criticada de la carrera de Spielberg

Pero si por algo destaca Hook, es por dos cosas: es la mejor partitura compuesta por John Williams (su edición ampliada es objeto de culto para los aficionados a la música de cine), y tiene la escena más emotiva de todo el cine de Spielberg. Estoy hablando del momento en el que los niños perdidos descubren en el maduro rostro de Robin Williams la sombra del niño que fue. John Williams acompaña y encumbra la escena con el tema más bello de su carrera, titulado You are the Pan.

Hook no es la mejor película de Spielberg, su ritmo es irregular y combina secuencias brillantes con otras banales, escenas divertidas con otras pesadas. Pero donde otros ven un fallo yo veo la sublimación del ritmo y el tono de la película al mensaje que intenta trasmitir: la necesidad de recuperar al niño que llevamos dentro. Y es que, ¿acaso los niños no son brillantes, banales, divertidos y pesados a la vez?.

Hemingway dijo: “El mundo es buen lugar por el que merece la pena luchar”. Tal como está ahora mismo el mundo tiendo a pensar que el escritor erraba en su cita, pero si que estoy convencido de que una de las mejoras armas que tenemos para luchar contra el nihilismo que muchas veces nos domina y ayudar a que Hemingway estuviese en lo cierto, es recuperar el espíritu infantil que todos llevamos dentro.

No quiero que este texto suene a sermón de cura y espero que el estupor inicial con el que habréis entrado a leerlo, se haya tornado en al menos curiosidad que os lleve a darle otra oportunidad a Hook. Tal vez descubráis gracias a su magia al niño que fuisteis.

Y es que, como dice Paulo Coehlo: “Debemos escuchar al niño que fuimos un día y que existe dentro de nosotros. Ese niño entiende de instantes mágicos”. Que la magia de Hook, o de cualquier otra película, serie de televisión, libro, obra de teatro o pintura que consiga ejercer ese efecto en vosotros os alcance. Creo sinceramente que si lo lográis seréis mejores personas. Y este mundo un lugar menos malo.

Os dejo con un video en el que podréis escuchar el tema de John Williams del que os he hablado. Recomiendo que lo escuchéis entero, pero si no, al menos hacedlo a partir del 1:48”.

You are the Pan – BSO Hook