Homeland Temporada 5 Capítulo 3 Recap: Super Powers
Tal vez seáis de aquellos seguidores de Homeland a los que les gusta esa Carrie totalmente ida y fuera de sí. Si lo sois, enhorabuena, porque con tan solo tres episodios de esta quinta temporada de la serie, sus creadores han decidido que ya era hora de dejar que Mathison volviese a las andadas. ¡Alerta spoiler!
Despedida
Otto Düring recibe la visita de Saul y el encuentro entre ellos es bastante tenso. El primero se pregunta por qué un jefazo de la CIA querría hablar con él y Saul se pregunta por qué un grupo terrorista querría matarle a él. Por supuesto, sale a relucir como posible causa la reunión de Carrie con Hezbollah. ¿Reconoce Otto a Hezbollah como grupo armado? Pronto Saul destapa sus cartas: busca a Carrie, necesita hablar con ella. Pero Düring no está dispuesto a colaborar.
Ahora que se ha vuelto un objetivo para los malos (o, al menos, eso parece), Carrie ha decidido mandar a su hija de vuelta a Estados Unidos. El último capítulo nos dejaba con Carrie en el Líbano, sin embargo, ya está de vuelta en Alemania. Aquella revelación de que ella era a por quien iban con aquella bomba hizo cambiar sus planes por completo. Y empezaron la paranoia.
La mujer se ha entretenido empapelando una habitación de fotos de posibles personas que la quieren ver muerta, entre las que vemos alguna cara conocida de la temporada anterior, de sus días en Islamabad. Junto a Jonas y Frannie, se dirigen a un aeródromo, donde les espera Otto: con su jet llevaran a su hija de vuelta con su hermana.
Numan
En el cuartel de la CIA en Alemania, todavía con Allison a la cabeza, siguen intentando encontrar a Carrie, mientras vigilan a Laura de cerca. Reciben la visita de Saul, quien va directo a hablar con Carr. Recordemos que intentó salvar su cuello poniendo el de Berenson a cambio: obviamente, Dar Adal se lo contó a Saul, y ahora está muy muy enfadado. Sin embargo, ha decidido mantener a la mujer en su puesto, al menos estando Carrie desaparecida, cualquier ayuda es poca. ¿Pero entonces a quién pondrán en el disparadero?
Fuera de la Fundación, el hacker espera a Laura, aunque descubre que hay unos tipos que la siguen vigilando de cerca. Hace saltar la alarma y en plena evacuación consiguen reunirse. Numan, que es como se llama, es fan de la periodista y por eso le envió aquella información. Antes de despedirse le entrega el resto de documentos, aunque cuando Laura abre el archivo resulta ser una broma.
Sin embargo, la intención de Numan era buena, era entregar esos documentos. Fue el otro hacker, Korzy, quien se los cambió y ahora intenta venderlos a un señor de la embajada rusa en Berlín.
En este episodio también aparece Quinn, que también tiene como objetivo a Mathison, recordemos. Sin embargo, vigila de cerca a otra mujer misteriosa que se despide de su hijo. Haciéndose pasar por policía, hace como que arresta al niño y se lo lleva de una tienda de skate súper apañada con pista para practicar y todo. Amordaza al niño y empieza la espera.
La otra Carrie
Carrie, en este capítulo decide también ser totalmente sincera con su novio. Jonas sabe que es bipolar, y que su medicación la mantiene a salvo, pero Carrie le asegura que hay ciertos momentos sin ella cuando trabaja mejor. Y ahí es cuando le suelta la bomba: hace días que no la toma. El chico acepta su decisión y ambos se pasan las horas intentando averiguar quién puede tener motivo y oportunidad para matar a Carrie.
Al principio todo va bien, sin embargo, Jonas empieza a indagar en el pasado de Carrie, un pasado que (aunque supongo que se podía imaginar) salta a la luz en cifras y datos. Como los más de 100 muertos a causa de sus misiones con los drones en Pakistán. Jonas acaba de conocer a la otra Carrie, la que nosotros conocemos. Cero control, cambios de humor, mucha sangre fría y muertos, muertos everywhere. Y la deja allí, rodeada de caras que la miran. Que la culpan.
Nada más coger una botella de vodka, se le aparece a Mathison en la cocina Aayan, seguramente una de las muertes más dramáticas de la cuarta temporada, sino la que más. Incluso tiene una conversación con él, y Aayan (o su espejismo u ojalá su fantasma y nos montamos un American Carrie Story) le susurra al oído el nombre de quien va tras de ella. Lo que hace enloquecer –más- a Mathison.
Le comenta a Jonas que ya sabe quién es, quiénes son. Todos, todos sus muertos van detrás de ella, en forma de ángeles. Vamos, que ha entrado en crisis. Por supuesto, Jonas va a por las medicinas, pero entonces Carrie no se las quiere tomar. Él amenaza con llamar a una ambulancia, pero entonces les encontrarían. Quienes sean que les buscan. Por supuesto, Mathison empieza a largar lo más grande con lo más pequeño de su novio, echándole en cara “esa actitud de Clark Kent“, siempre tan razonable.
Disparo
Cuando Carrie se ha tomado la pastilla, a regañadientes, suena el teléfono. Es la ex mujer de Jonas, que le cuenta que han detenido a uno de sus hijos. Exacto, esa mujer es a la que seguía Quinn, ese niño es el que él tiene retenido. ¿Y todo por qué? Gracias a un localizador, ya sabe dónde está Jonas y, por tanto, dónde se encuentra Carrie. Quinn deja al niño en la furgoneta, pero en frente de su casa. Que es un espía asesino, pero con buen corazón.
Por suerte, la pastilla parece que todavía no ha hecho mucho efecto a Mathison, que no tarda en atar cabos: vienen a por ellos, esa llamada la han usado para localizarles. El plan de Carrie es salir de allí corriendo, pero claro Jonas es buen padre y quiere ir a buscar a su hijo, aunque Mathison le asegure que estará bien.
Sola, en el bosque y con un rifle de asalto, Carrie trata de descubrir quién viene a por ella. Cae la nochey Quinn hace acto de presencia. Carrie ve que alguien se acerca a la casa, no duda en disparar y da en el blanco. Cuando se acerca a observar quién era, sin embargo, resulta que no hay nadie. Es entonces cuando Quinn aparece detrás de ella (llevaba chaleco antibalas) y la deja inconsciente, antes de inyectarle algún tipo de droga. ¿Cuál será el futuro de Carrie? ¿Qué hará con ella Quinn?