Homeland Temporada 6 Capítulo 12 Recap: America First
Los finales de temporada son peligrosos. Uno espera de ellos que casen con sus expectativas, algo que muy pocas veces llega a cumplirse. Esta temporada de Homeland termina aquí y acaba abruptamente con una despedida inesperada y parece que poco prevista, y con un twist final de cara a la próxima algo desconcertante. El recap del episodio anterior aquí. ¡Alerta spoiler!
Conspiración
Teníamos por seguro que Dar Adal era el malvado de la temporada y no nos equivocabamos. Claro que, como explicaremos abajo, tampoco es incompatible con que él -un poco- tampoco se equivocaba. Mosqueado por esa parte de su plan que desconoce, se encarga de retener en una cámara frigorífica a uno de sus colaboradores, un senador, al que dejará morir de frío si no le cuenta qué pinta Peter en esa conspiración contra Elisabeth Keane que tienen montada.
Esa conspiración, que ya sabemos por seguro que pretende acabar con la futura presidenta, está en marcha: el general McClendon y su equipo de asesinos ya se encuentran en el hotel para “ayudar” en la seguridad del lugar. Adal parece no estar al tanto de esa parte y termina llamando al general, al que asegura que ya están ganando, la gente está en contra de Keane, no hace falta más. Pero el plan ya ha comenzado y da la casualidad que la pieza que falta (a quien colgarle el muerto) va hacia allí con Carrie: Quinn.
Mientras Mathison trata de convencer al equipo de la Presidenta Electa de que McClendon y los suyos son una amenaza, un agente aparece con noticias de un aviso de bomba, por lo que se precede a evacuar el edificio. Todos se dirigen abajo para subir en los coches de allí, pero antes de subir al suyo Carrie recibe una llamada. Se trata de Dar Adal, que parece que ha abierto los ojos y decide pasarse de bando. Le cuenta a Mathison que no hay ninguna bomba en el hotel, sino que lo que quieren es que Keane salga a la calle, donde está el verdadero peligro.
Despedida
Mathison tiene segundos para tomar una decisión y, decide -de repente- confiar en Dar y hacer frenar el coche donde va la Presidenta Electa, evitando que salga. En ese momento escuchamos la explosión y, en la calle, uno de los coches del convoy vuela por los aires (creo que en el que iba Rob), así que Saul, que iba en otro, sale ileso aparentemente. El coche de Keane da marcha atrás y tanto ella como Carrie y el agente Thoms vuelven al hotel.
Thoms no dura mucho, ya que dos de los asesinos de McClendon entran también en busca de su objetivo y se encargan de él. Por suerte, Mathison llega a un ascensor y se ponen a salvo. De vuelta al parking se encuentran con Quinn, que entró siguiendo a los asesinos, y por alguna razón empieza EL DRAMA. Porque Peter decide que lo mejor es que se escondan en el coche que queda, que el conduce: y conduce y salen de allí pero a un alto precio, una lluvia de balas que termina matándolo.
El coche termina chocando con otro aparcado, y es solo entonces cuando Carrie se percata de que Quinn está muerto y que les ha salvado la vida, algo que Keane -en shock- también hace a cuenta. La gente en la calle no se presta a ayudar ni nada, sino que empieza a hacer fotos, algo que hace de la escena un circo. ¿Esta es la forma en la que un protagonista debe de morir? ¿Quinn? Le hemos visto cojo y medio ido poner en apuros a un grupo de los SWAT, ¿tenían más opciones?
Seis semanas
Después de todo lo ocurrido, Homeland no tiene otra idea que adelantarnos seis semanas en el tiempo, una manera un poco cutre de evitarse varias cosas. La primera es el entierro y tal de Peter, al que despide la serie por la puerta de atrás y sin mucho llanto. La segunda es la toma de posesión de Keane, que ya es presidenta de los Estados Unidos. Bueno, y hay una tercera, tampoco vemos cómo Dar Adal termina en la cárcel, uno de los tantos que Elisabeth se quita de enmedio.
O’Keefe sigue libre y enfadado en su emisora de radio, lo que hace que nos preguntemos qué sería de aquel lugar misterioso de los trolls, ¿nada? No vuelve a salir. Tampoco sabemos qué es de McClendon, aunque suponemos que también acabaría en la cárcel. Mathison es ahora asesora de la Presidenta, y la vemos tratando de calmar a los directores de los principales servicios de inteligencia del país, preocupados por las medidas de Keane y por eso de que no de la cara.
Mathison termina temporada sin Franny, aunque prepara la casa para la visita de la asistente social, para que vea el entorno seguro en el que podría volver a vivir. También le cuenta que es posible que estrene nuevo trabajo: Keane le ofrece mudarse a la capital y ser asesora oficial. También termina llorando, cuando encuentra entre las cosas de Quinn un montón de fotos de su hijo, y una suya. Pero sobre todo Carrie termina preocupada.
Vemos una escena entre Dar y Saul en prisión, en la que el primero asegura que hay algo extraño en Keane, “algo anti-americano”. Y ya avisamos que no se equivocaba. Porque minutos más tarde vemos a Berenson video-llamando a Mathison mientras le están deteniendo. Y no es el único: Keane se lleva por delante a todo aquel que se le encuentra por delante, la gran mayoría aquellos a los que Carrie aseguraba que aquello no pasaría. ¿Qué hay más americano que sus servicios de inteligencia? Keane ni siquiera quiere hablar con ella, mientras la escucha gritar desde fuera del despacho oval. Eso sí que es un cambio de pensamiento de un personaje, y el resto son tonterías.
Por cierto, Max sigue vivo. Lo hemos fallado todo esta vez en la quiniela del morir.
Valoración final del capítulo
- Trama - 7/10 7/10
En resumen