Hola, Sitges (1) – Primeras impresiones de Sitges 2015
Hola, bienvenidos a nuestro diario Sitges 2015. Seguro que alguno de vosotros se preguntaba qué tal está saliendo la cosa (bueno, algunos fans de The Martian seguro que no), así que aprovecharé que he decidido parar un rato para encender la computadora y comentar las primeras impresiones.
La Gala. La Bruja.
Estamos acostumbrados a recibir películas que triunfan en Sundance con prudencia, y también lo hicimos con La Bruja. The Witch, la primera película del joven moderno Robert Eggers, venía con un híperhype bien merecido. Desasosegante, sin un ápice de esperanza, insoportable y desgarradora, posee (¿chiste?) los noventa minutos de horror más puros que hemos visto en mucho, mucho tiempo.
Durante la inauguración presenciamos la entrega de la Máquina del tiempo a (espera, que copio y pego) Nicolas Winding Refn, que no tenía suficiente voz para agradecerlo. Desde aquí esperamos que su nuevo proyecto de terror no sea la secuela de Only God Forgives.
También Santiago Segura presentó el cortometraje (SPOT) de Gas Natural Fenosa, indispensable patrocinio del evento, y dejó una puerta abierta para un retorno al género. Igual no te acuerdas, pero el director de la saga Torrente empezó con el horror.
Con tanta follón, la proyección de la película inaugural empezó a eso de las nueve y media. Aún no hay fecha definitiva para su estreno español, pero no tardará Universal en decir algo al respecto. Obra maestra.
Películas (viernes-domingo)
Es intevitable encontrar en festival, y más en uno con una cantidad tan brutal de títulos como Sitges, alguna película molesta. La primera (pero no la única, ni la peor) de este año ha sido el remake de Martyrs.
La (en general) terrible película de Pascal Laugier ha visto como los americanos pervierten su idea en el peor momento. En el peor momento en el tiempo (casi ocho años después) y en el espacio (ese giro MADE IN USA equivocado en el tercer acto), ya que no sólo aporta otra dosis extra de ojo por ojo: casi se carga la lectura original por exceso de rotulador gordo de subrayar. Nada destacable en ella salvo su poca credibilidad, su torpeza y una fuerte sensación de no terminar de creer en ella misma. Fotocopia borrosa más que olvidable.
Mr.Right, de Paco Cabezas, es la mejor película del director andaluz. Con un guión de Max Landis lleno de amor a las películas de acción de los ochenta, Sam Rockwell y Anna Kendrick forman una de las parejas del año. A Cabezas aún le queda rematar la faena perfecta, como al guionista, pero no cabe duda de que se trata de una peli, cuanto menos, muy simpática.
El sábado comenzó a primera hora con la nueva película del belga Jaco Van Dormael (Toto, el héroe, Mr. Nobody), Le Tout Nouveau Testament es una optimisma comedia mágico-realista bastante negra sobre un nuestro señor Dios que habita en Bruselas y es bastante cabrón. He pasado los dos últimos años allí, en Bruselas, y después de la película puedo asegurar dos cosas: Dios no vive allí y la película funciona. A ratos peca de belga, pero durante la mayor parte del metraje se disfruta bastante. Momentos de humor fantásticos (literalmente) y un poco de exceso de metraje sin demasiada importancia.
Joel Edgerton se confirma como uno de los nombres más interesantes del momento. Fantástico actor, productor con olfato y, atención, gran director de cine. The Gift, su primer trabajo como tal, demuestra que, además, también es un guionista muy, muy inteligente. La película protagonizada por Jason Bateman, Rebecca Hall y el propio director, es un notable thriller de la vieja escuela. Un reverso tenebroso de cintas más de moda en los noventa (Durmiendo con su enemigo, De repente, un extraño) que juega de maravilla una mano de cartas donde ninguna está marcada. A contracorriente distribuirá próximamente, así que toma nota.
Eli Roth debe estar a punto de tener una propiedad en Sitges. Si no viene como director, está como actor, productor, homenajeado, amiguete… y este año presenta peli después de abrir la edición de 2013
Knock Knock (pronto Toc Toc) vuelva a estar escrita con sus nuevos amigos chilenos (que no aportan nada especial), y también está rodado con esa mano mostrenca (que no maestra) tan habitual en su cine. Suerte de Hard Candy tromada, la historia del hombre de familia acosado por dos chicas especialitas tiene momentos de hilaridad absoluta. Voluntarios algunos y otros no tanto. Precisamente por eso mismo le queremos tanto. Por burro. Eso sí, es su trabajo menos sangriento, pero puede que también sea el más divertido… y mejor.
Tales of Halloween (a finales de mes en blu ray), es una antología sobre el día de todos los santos pagada de homenajes y cariño a mejores tiempos pasados. Como siempre en estos casos, hay alguna historia un poco peor que otra, pero en general es una muy digna sucesora de la genial Truco o trato. Planazo para la noche del 31 de octubre.
Summer Camp, la primera película como director del guionista Alberto Marini, es, de momento, lo peor de lo que llevamos de festival. Al menos para un servidor. Cine a la Filmax, pero a la Filmax de las flojas, Marini demuestra con creces que escribe mejor que dirige en un decepcionante mashup de referencias gratuitas que no van a ninguna parte. Una pena de la que no quiero saber nada para el resto de mi vida.
La última (de momento) ha sido Baskin. El largometraje del turco Can Evrenol, que adapta (y alarga) su cortometraje de mismo título, es una pesadillesca e infernal historia plagada de satanismo y odiseas a la Clive Barker que peca de no pisar en ningún momento el pedal del acelerador. Factura impecable y un montón de simbolismo del horror, termina pecando de exceso de metraje aunque cierre el círculo de manera, más o menos, acertada.
No quiero despedirme sin recordar que, una vez más, lo mejor de Sitges es su gente. Siempre es un placer y una alegría reencontrarte con gente de amor con la que uno ha ido forjando amistades a lo largo de los años y que son, en realidad, la razón principal por la que uno muere por volver al mejor festival de cine fantástico del mundo.
Nos vemos en unos días.