Gotham Temporada 4 Capítulo 10 Recap: Things That Go Boom
Después de una semana sin capítulo de Gotham, la serie vuelve para traernos el que –tal vez- sea el episodio con más giros de guión de las últimas temporadas. Un capítulo dirigido por Louis Shaw Milito (Lucifer, C.S.I.). El recap del episodio 8 aquí. ¡Alerta spoiler!
Pyg
En Arkham, el Profesor Pyg empieza ya a hacer de las suyas. En la entrega anterior, que no comentamos, Jim conseguía encerrarle después de aquella macabra cena que el asesino de policías organizaba. Esta semana, su primera víctima es un interno que le pide que cambie su pieza musical favorita. Antes de que Pyg le asesine con un vinilo, sin embargo, descubrimos algo sorprendente: la cabeza del Profesor es reajustable, y después de un puñetazo su mandíbula vuelve sin más problema a su sitio.
¿La razón? Como se nos descubre en comisaría, su cara fue sometida a un montón de operaciones, y su calavera reconstruida a piezas. Un cambio radical que deja ver que Pyg no era como le vemos, y Gordon está empeñado en descubrir su verdadera identidad. Mientras en comisaría tratan de descubrir su cara original mirando unas radiografías, Jim se desplaza a Arkham a hablar con el Profesor.
Pyg está encantado con que la gente se acuerde de él y, de hecho, es cuando Gordon le asegura que no es para tanto como malvado cuando el Profesor patina y le contesta con un marcado acento sureño, una pista importante. Me ha gustado cómo Gordon no reconoce en Pyg un terror para Gotham como lo fueron otros malvados (véase Jerome). Y tiene razón, invertid 20 segundos en recordar todo lo que ha pasado por pantalla, es mucho y muy hardcore, aunque lo de servir de cena pastel de persona también.
Al final, el Profesor resulta ser un tal Lazlo Valentine, un criminal que se escapó de prisión una vez. Y personaje de los cómics de Batman. Ante esta nueva información, Jim corre a Arkham para descubrir que lo ha vuelto a hacer. Otro asesino suelto por Gotham.
Sofía
A parte de esto, una de las tramas que más giran esta semana es la de Sofía Falcone. Después del showdown con Pingüino durante el capítulo anterior, la relación entre ambos está más tensa que nunca. Ahora, empeñada en destruir a Oswald, no tiene ningún reparo en admitir que Gordon es capitán de policía de la ciudad gracias a ella.
Pingüino sabe que no puede confiar en Sofía. Y hemos visto cómo nunca lo ha hecho del todo. Una vez llegado el momento de descubrir hasta qué punto le ha engañado, Oswald echa mano de Victor Zsasz para intimidar a la hija de Falcone, que se sincera y da por buenas sus sospechas. Así que Pingüino, muy enfadado, la deja en manos de el Dentista (Buddy Bolton), su torturador de cabecera.
Y aquí es cuando las cosas se lían de verdad. Cuando el Dentista va a ponerse manos a la obra a destrozar a Sofía (cosa que dice que va a disfrutar), ella suelta que lo sabe todo sobre él: quién es su familia, dónde viven, todo. Y que hay orden expresa de matarles a todos si algo le pasa a ella. Así que el señor decide ayudarla a escapar, visto lo visto, su mejor opción.
Jim
Aunque Sofía consigue escapar de Oswald, su suerte no dura mucho. Después de encontrarse con su chofer muerto, la secuestran Barbara, Tabitha y Selina. Ha estado, literalmente, como 20 segundos en libertad. ¿Y esto? Pues ellas quieren que Pingüino las deje a sus anchas, así que quieren entregar a la nueva amiga de Oswald a cambio. Lástima, les dice la propia retenida, que se hayan decidido a ello el día que iba a quitarle todo su poder.
Como Pingüino se da cuenta luego, parece que todo estaba orquestado por Sofía, incluso que él descubriese sus verdaderos planes. Todo menos ser capturada por Barbara, que se da cuenta de que sigue teniendo la mano ganadora: Oswald seguirá queriendo el intercambio, ya sea por ser su mejor amiga o su peor traidora.
Pingüino se da cuenta porque el joven Martin (Christopher Convery) dice ahora que le mintió en lo de ver a Sofía besando a Jim Gordon. Recibe la llamada de Barbara y, aunque acepta sus condiciones, en realidad Pingüino envía a Victor a volar por los aires la tienda de armas clandestina donde se encuentran las chicas. Allí, solo Selina parece fiarse de Sofía cuando las intenta reclutar para su bando, aunque todo cambia cuando Zsasz hace acto de presencia y consiguen escapar por los pelos.
Pingüino
Sofía llega a comisaría buscando a Jim, pidiéndole que actúe contra Pingüino pues ella le ha subestimado y ahora quiere matarla. Pero claro ni nosotros ni Gordon parece que nos creemos ya nada de ella. Ese habría sido su plan desde el principio: colocar a Jim de jefe de policía y entonces utilizar a la tropa contra Oswald.
De hecho, Gordon llega a un acuerdo con Pingüino, por el que Sofía abandonará Gotham para siempre y Oswald tendrá que quedarse con las ganas de matarla. La hija de Falcone sube entonces a un tren, esposada, hacia algún punto fuera de la ciudad. Al menos hasta que Victor aparece a por ella. Mientras Oswald y Gordon pactaban el destino de Sofía, ella y sus nuevas compañeras en el crimen también maquinaban lo suyo: secuestran a Martin, obligándole a echar por tierra su acuerdo con Jim.
Ambas partes se encuentran, pero Pingüino no tiene nada que ofrecer –aparentemente- a cambio de Martin. Así que dice que se rinde, lo que dibuja una sonrisa en los rostros de las chicas. Sin embargo, Oswald no se da por vencido tan fácilmente y, una vez que Martin está a salvo y sube al coche del exalcalde, éste pulsa un botón y explota. Nadie se esperaba eso y, por supuesto, empiezan a volar las balas, anunciando una nueva guerra mafiosa en Gotham.
Pero lo mejor, el plot-twist máximo, es que al final resulta que Martin sigue vivo. Todo era un plan de Pingüino para liberar a su nuevo amigo del todo: ahora tendrán que separarse, pero al menos ya no podrán utilizarle en su contra nunca más.
Lee
Por último, destacar que en los Narrows Leslie se ha convertido en la jefa. El personaje de Morena Baccarin ha deambulado por las tramas de todo el mundo hasta que, ahora, parece que protagoniza la suya (sin virus asesinos de por medio). Ha creado una especia de tribunal -que ella misma preside- para solucionar pacíficamente los problemas del barrio, además de continuar curando a la gente. Todo le va bien, hasta que un “jefe” de un barrio vecino empieza a meterse en su territorio.
Se trata de Sampson (Stu ‘Large’ Riley), casi dos metros de señor que gusta de comer en plena calle rodeado de sus matones, con su mesa y todo. Viendo en Lee no más que un estorbo, quiere quedarse con su trozo de Gotham; ella podría hacer caso a Nygma y usar a Grundy para enfrentarse al problema, pero daría mala imagen a sus nuevos convecinos.
Lee ofrece a Sampson un porcentaje de los beneficios del club de lucha clandestino (Leslie lo mantiene porque es buena pero sabe dónde hay dinero), pero no lo acepta. Aunque lo mismo no llega a verlo porque está venga a toser sangre, lo que aprovecha Lee para contarle una historia fantástica sobre un virus que va matando a gente por el barrio.
Es mentira, y Sampson no solo no se lo cree, sino que tampoco compra su oferta de ser la médica de sus hombres. De hecho, parece que se enfada y manda destrozar la consulta de Leslie, lo que le hace enfadar de verdad. Así que lo que hace es envenenar la comida del mafioso y presentarse con la única muestra del antídoto. Por supuesto, Sampson decide aceptar su nueva propuesta y abandonará el barrio. Punto para Lee.
Pero no solo pasa esto es esta trama. Lee le cuenta a Ed que su cerebro está perfectamente, que su falta de “inteligencia” es –ahora- algo psicológico. Ella tenía miedo de contárselo y que Nygma se convirtiese en lo que era antes de la congelación. Precisamente, esa parte de él vuelve a aparecer en su reflejo del espejo, ante la desesperación de Ed. ¿Podrá controlarlo esta vez o terminará volviendo a lucir el verde?