Gotham Temporada 4 Capítulo 7 Recap: A Day in the Narrows

Otra semana más y otro capítulo de Gotham con su sorpresa incluida. Si en el capitulo anterior echábamos de menos a Bruce Wayne, en esta ocasión se convierte en protagonista, a su manera. Episodio dirigido por John Behring (Blue Bloods, Arrow). ¡Alerta spoiler!

Headhunter

Esta semana un Bullock casi curado del todo de las heridas que le produjo el Professor Pyg no es lo único que llega a comisaría. Pyg les envía un cargamento de cabezas de cerdo, 44 que cuentan. Por supuesto, allí hay 45 policías, y el único que se queda sin su presente es Jim Gordon, ya que él no es corrupto (aunque recomendamos al Professor que se vea las dos primeras temporadas de Gotham).

Pero si Jim no tiene ya bastante con lidiar con el asesino de policías, ahora tiene –además- de aceptar la ayuda forzosa de Pingüino. El ex alcalde nos presenta a su nuevo jefe de seguridad, Headhunter (Kyle Vincent Terry), una versión chulesca de Victor pero al que le falta ese toque humorístico que nos da Anthony Carrigan. No confundir con la nueva serie de Netflix, Mindhunter.

No tarda nada en actuar de nuevo Pyg con otras tres víctimas, esta vez en un barrio de los chungos de la ciudad. Tan chungo que los vecinos tiran cosas a la policía desde sus ventanas, lo que hace que los agentes entren a por todas, junto a Headhunter y sus hombres. Pingüino se ha tomado al Professor como una amenaza a su Pax Pinguina, y va a por todas (a Sofia, por cierto, lo de tener a la policía en plantilla le parece absurdo). Y Gordon, por ahora, solo va evitando palizas arbitrarias, haciendo lo que puede.

Y está a punto de convencer a una señora para que cante si vio algo de lo que pasó con los policías desaparecidos, pero aparece Headhunter y se lleva a su marido a rastras. La mujer habla, sí, pero los métodos no gustan nada a Jim, que no duda en apuntar al nuevo matón de Oswald.

Pyg

Siguiento indicaciones de la señora, encuentran en un lugar a dos de los policías, uno de ellos todavía vivo, al que Gordon acompaña en la ambulancia hacia el hospital un trozo del trayecto. El hombre, que confiesa que estaba con Pingüino, le cuenta a Jim una posible pista y que él es uno de los buenos. Jim se dirige a unos juzgados abandonados del barrio, queriendo actuar solo, aunque allí aparecen Headhunter, Pingüino y la policía.

Antes de entrar al lugar, el Professor llama a Jim y le cuenta que si entra allí morirá. Además, le cuenta que es uno de los buenos, revelándose así como el mismo señor al que acompañó en ambulancia, con un disfraz. Gordon trata de convencer a Bullock de que es una trampa, pero Harvey hace más caso a Oswald, que asegura que esa llamada solo quiere evitar que entren a por él.

Entran, y se encuentran con la trampa, por supuesto. La agente que faltaba con una máscara de cerdo (a la que Hervey dispara creyendo que era Pyg) y una metralleta que mata a numerosos agentes. Al final es Jim el que entra y destruye el arma, convirtiéndose en el nuevo héroe de moda de la ciudad, dejando muy en entredicho las decisiones de Bullock al frente de la comisaría.

El Professor llama a Gordon de nuevo, asegurando que su próximo golpe está cerca. Ah, y Pingüino mata a Headhunter, cuya andadura en la serie ha sido corta pero intensa. No, tampoco intensa, ha sido solo corta. Pero Oswald todavía se enfadará más cuando se entere de que la policía empieza a desestimar su sistema de licencias criminales.

Nails, nails, nails

Otra trama interesante que vuelve de repente es la de Selina/Tabitha/Barbara. Para lo que nos enseñan esta semana, la verdad es que se lo podrían haber ahorrado, PERO ver a estas tres juntas siempre termina en positivo. Nos enteramos de que el negocio tapadera de Barbara era una tapadera (tapadera^2), y ahora –sin Ra’s- lo desmonta porque pasa de líos.

Tabitha y Selina se sienten un poco estafadas, pero la segunda está convencida en que pueden demostrar a Kean que aquello es útil: los que compren sus armas serán también las víctimas de sus saqueos, lo que es un negocio redondo salvo cuando se den cuenta y te terminen de comprar.

Selina trata de demostrar que pueden dedicarse a eso, y va a robar a una de las bandas de la ciudad (estrenando conjunto muy Catwoman-ish), con la mala suerte de que aparecen y se queda atrapada dentro. Así que llama a Tabitha pidiendo ayuda. Y allí aparece, seguida de Barbara que se carga a buena parte de la banda sin inmutarse ni perder un ápice de glamour. Coge unos fajos de billetes y les comunica que siguen trabajando juntas, marcándose las tres la mejor salida de escena de la temporada hasta ahora.

They had style, they had Grace

Como hemos escrito, volvemos a tener Bruce esta semana. Y un Bruce nuevo y oscuro y alocado. Aunque el capítulo empieza con una recogida de fondos para los más necesitados en su mansión, pronto vemos como el joven Wayne lleva dentro algo de Ra’s al Ghul, al que se arrepiente de haber matado. “Mató” también a Alfred y aquí no ha llorado nadie desde entonces, disculpa.

Después de tomarla a malas con un camarero que le roza (chico, es lógico si te vistes tanto de negro) una joven aparece en sus planes: se trata de una antigua compañera de colegio, Grace Blomdhal (Samia Finnerty), que le viene a decir básicamente que su fiesta es un muermo y que si se van por ahí.

Y vaya si se van. Primero, Grace le presenta a sus amigos, Brant Jones (Tommy Nelson), Emma Hsueh (Midori Francis) y Tommy Elliot. Sí, como nos cuentan, ese Tommy es el mismo Tommy al que Bruce pegó fuerte algún tiempo atrás. Y menos mal que lo cuentan porque el personaje está algo cambiado, que han cambiado de actor (Gordon Winarick sustituye a Cole Vallis). La historia casi se repite porque el tan Brant se mete con Wayne, y vemos como Bruce se imagina dándole de golpes, pero se controla. Y se van todos de fiesta.

En el sitio al que van no les dejan entrar, y Brant queda fatal, así que lo que hace Bruce es lo que haríamos cualquiera de nosotros si tuviésemos su dinero: comprarse el sitio, hacerse el guay y dejar a Brant fuera. Y ahí termina esta semana, bebiendo, bailando a lo loco y enrollándose con la tal Grace, que ya solo espero que no sea sobrina de otro seguidor de profecías medievales y monjes asesinos. Que en Gotham ya nunca se sabe.