El Ministerio del tiempo Temporada 2 Capítulo 3 Análisis: “Tiempo de Hidalgos”
Tras la marcha de Julián, personaje interpretado por Rodolfo Sancho, la semana pasada en El Ministerio del tiempo conocíamos a Pacino (un Hugo Silva en estado de gracia que aporta la ironía y el sentido del humor del que carecía el enfermero), el nuevo miembro de la patrulla formada por Alonso y Amelia. A pesar de esa mejora, la nueva temporada empieza a caer en lo que audiencia se refiere, bajando por tercera semana consecutiva quedándose en los 2.382.000 espectadores y 12,4% de share.
En este undécimo capítulo de El ministerio del tiempo titulado “Tiempo de hidalgos”, al Ministerio llegará un aviso de finales de 1604 desde el taller de Juan de la Cuesta. La imprenta tiene apalabrada con Cervantes la primera edición impresa de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, pero les consta que su autor no ha presentado el original al Consejo de Castilla para pedir la licencia de impresión, lo que podría significar que El Quijote no viera la luz en 1605. Con el objetivo de ayudar a la Historia, la patrulla viajará hasta el Siglo de Oro. Si quieres saber al detalle lo sucedido, sigue leyendo pero ¡¡alerta spoiler!!
Cervantes se vende por dinero
Desde el año 1604 llega una nota al Ministerio alertando de que la primera edición de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha no ha sido presentada todavía, lo que retrasaría su publicación e incluso podría suponer que la obra nunca existiera. Viajando en el tiempo descubrimos que Cervantes decidió vender su obra a unos ingleses por una cuantiosa cantidad de dinero que, a cambio, le permitiría poder hacer realidad sus obras teatrales.
Con la misión de salvar una de las obras más importantes de la Historia de la literatura, la patrulla formada por Amelia, Alonso y Pacino se engalana para viajar hasta el siglo XVII en el que será el primer trabajo oficial de Pacino como funcionario del Ministerio. Nervioso por no saber si va a ser capaz de actuar como procede sin fastidiar la misión, Pacino intenta que su compañera le deje tomar ciertas decisiones pero no tarda en comprender que es Amelia la que lleva el mando del equipo. ¿Conseguirá Pacino adaptarse a los cambios y a sus nuevos compañeros?
Mientras tanto, Irene, quien también decidió venderse y traicionar al Ministerio violando su reglamento y desvelando algunos de sus secretos, prosigue con sus movimientos a espaldas de Salvador y decide viajar a hasta el castillo del medievo de Huesca en el que se encuentra presa Lola Mendieta. Sin mucho esfuerzo logra liberarla y trasladarla hasta el siglo XXI, donde Irene continúa colaborando con Susana.
Lope de Vega vs. Cervantes
Para evitar que Cervantes no triunfe en el panorama teatral, Alonso y Amelia optan por boicotear el estreno de Los baños de Argel, cuya representación podría encumbrar a Cervantes, hacer que el escritor dejara de lado la novela e incluso deslumbrar a Lope de Vega. Para ello, nada mejor que actuar desde dentro, por lo que tras conseguir que dos de los actores renuncien, la pareja se postula como nuevos miembros de la compañía.
Aceptados por Cervantes, Alonso y Amelia comienzan los ensayos con el resto de compañeros bajo las órdenes del escritor. Aunque Amelia intenta poner en entredicho las indicaciones de Cervantes, no consigue desmoralizar al escritor, todo lo contrario. Por si fuera poco, Alonso comienza a cogerle el gusto a la actuación, para asombro y regocijo del autor, que aplaude a rabiar la interpretación de su nuevo actor.
El objetivo de la patrulla no está siendo cumplido para nada y Gil Pérez decide actuar y aparece durante los ensayos pidiendo, en nombre de Lope de Vega, actores para participar en la representación de la nueva obra teatral del afamado dramaturgo. Comparando el éxito y la fama de uno y otro, todos los actores de la compañía deciden abandonar a Cervantes justo el día antes del estreno.
La misión a punto de fracasar
A pesar de que han logrado paralizar el estreno de la obra de Cervantes, durante el viaje, Alonso es reconocido por un viejo compañero que combatió junto a él en la Guerra de Flandes, no sería ningún problema si no fuera porque Alonso se encuentra 35 años después de su época y su aspecto sigue siendo el de antaño. Su compañero, anonadado porque Alonso no ha envejecido, le acusa de brujería, haciendo saltar la alarma entre la gente que se encuentra en el lugar pero, afortunadamente, logran salir airosos.
Pero los problemas no quedan ahí, todavía tienen que conseguir el manuscrito de El Quijote para que sea publicado, por lo que Alonso y Pacino esperan la llegada de Lope de Vega para poder capturar a los ingleses que han quedado con él, sin embargo, el poeta se encuentra entretenido con Amelia y olvida la cita. Viendo que no aparece, los funcionarios del Ministerio entran en acción pero durante la persecución los ingleses desaparecen sin que logren darles alcance.
A pesar de que han conseguido que Cervantes no triunfe en el terreno teatral, El Quijote sigue perdido en manos de los ingleses y lo que es peor, está comenzando a desaparecer. Desesperados, la patrulla sale en busca de Cervantes justo a tiempo para evitar su suicidio. En un último intento de abrirle los ojos y con un estupendo guiño de los guionistas a Doctor Who, la patrulla conduce a Cervantes hasta la actualidad para mostrarle el éxito que ha alcanzado con sus obras, especialmente con El Quijote.
Creyendo que se trata de un sueño premonitorio, Cervantes despierta en su habitación de regreso al siglo XVII. El entusiasmo que le ha generado su recorrido por la actualidad, observarse reflejado en numerosas esculturas y monumentos y ver sus obras publicadas y expuestas en los escaparates de las librerías, provocan que Cervantes vuelva a ponerse manos a la obra y reescriba El Quijote, salvando así la obra cumbre de la literatura española.
Es una lástima que una serie de esta calidad -capaz de juntar en un mismo episodio a Cervantes, Lope de Vega, Alfredo Landa, Salomé, clases de informática y lecciones sobre literatura y cultura- no obtenga el respaldo de la audiencia. No obstante, desde aquí deseamos una larga vida a El Ministerio del Tiempo porque queremos seguir viendo ficción con un guion elaborado y meditado, donde los detalles no pasan desapercibidos y donde las actuaciones están a la altura de lo que la trama y el argumento se merece.