Better Call Saul Temporada 1 Capítulo 9 Recap: Pimento
Better Call Saul se acaba, como se acaban las cosas buenas, dejándonos tristes. No se acaba del todo, no. El episodio de esta semana es el penúltimo de la temporada, pero como mínimo tendremos otra tanda más de capítulos, y yo auguro que tampoco será la última. ¿Qué tiene este episodio de especial? El drama, el DRAMA. Atentos, porque empiezo ya. Y teníamos razón. ¡Alerta spoiler!
Tu otro banco
El capítulo de la semana pasada nos dejaba con la sorpresa de encontrarnos a Chuck fuera de casa, sin su capa protectora de papel de aluminio, aparentemente curado. En esta ocasión, abrimos con ambos hermanos sentados en un banco, frente a la casa.
La cosa no se ha normalizado, y Chuck sigue sintiendo la presión de las ondas electromagnéticas contra su cuerpo. Pero parece más relajado. A instancias de James, se descalza y deja los pies sobre la hierba. Lo cierto es que el descanso le dura poco: hay que volver al trabajo, el caso multimillonario que tienen entre manos les espera.
Y también Mike toma especial protagonismo. Le ha regalado a su nieta un perro, y vuelve a insistirle a su nuera que está ahí para lo que quiera. Y digo yo que podría arreglarle un poco el jardín, que tiene la señora el lugar que parece Jumanji. Mike tiene ese halo misterioso con fondo de buena persona pero que parece que no. Cuando recibe LA llamada que le hacen siempre cuando está con Stacey (no sé por qué), intuimos que eso puede estar a punto de cambiar. Sí, es una oportunidad laboral.
Hail Satan
Y ahora es cuando empiezan los problemas. Desde Sandpiper les han enviado kilos y kilos de documentos e información para que a los McGill el caso se les haga cuesta arriba. Así que Chuck decide soltarlo. “Sé que no te va a gustar lo que voy a decirte”. Cuando alguien te dice eso lo mejor es no escuchar el resto, y Jimmy lo hace así. “A lo que aquí nos enfrentamos no es un trabajo para dos hombres”. Ya está, lo ha dicho. Se masca la tragedia. Necesitan la ayuda de HHM.
Obviamente, James no compra. Este es su caso, él lo ha descubierto, empezado y pulido. Ahora que sabe que puede suponer un gran golpe, no lo dejará escapar. ¿O sí? Chuck, en el fondo, tiene razón: el caso durará años y no tienen el capital suficiente para hacerle frente. Finalmente, McGill se rinde ante la evidencia. “Hail Satan, me uno al lado oscuro”.
500 dólares
El bueno –o malo, o futuro malo- de Mike acepta su oferta de trabajo. “Trabajo”. Le vemos en un parking esperar a que aparezca alguien, todo muy ilegal y muy de película de acción. Allí hacen acto de presencia dos hombres más, en una escena de lo más variopinta. Está claro que es asunto será serio si alguien precisa los servicios de esos tres hombres.
En una furgoneta destartalada aparece su empleador, un joven con el peor gusto en el vestir en este lado del Sol. Es un señor extraño, la verdad, que se presenta pero asegura que es un nombre falso, pero no del todo. Bueno, serán 500 dólares para cada uno.
El más valiente de todos se atreve a despreciar los servicios de Mike, pues no ha llevado pistola. Solo se acompaña de un sándwich de queso. Como era de esperar, a Mike no le cuesta nada inmovilizar al susodicho, lo que hace salir corriendo al otro individuo. Parece que solo queda él, eso sí, sus honorarios han ascendido al total del dinero previsto.
Nada más
Aunque parecía que Chuck podía haberse recuperado de sus problemas, no. No lo ha hecho. Y buena prueba de ello es que descubrimos que se ha forrado el traje por dentro con papel de aluminio. Vamos, que al andar parece el hombre de hojalata seguido de un Jimmy que bien podría ser ahora el león con miedo. Se dirigen en su coche (amarillo, precisamente) a las oficinas centrales de HHM.
Hamlin sabe de la importancia de la visita de Chuck, después de tanto tiempo, así que decide dejarlo todo a su gusto: nada de electricidad, ni móviles, ni nada. En un acto respetuoso y algo de vergüencita ajena también, todos los empleados dan la bienvenida a Chuck entre aplausos. Howard el primero.
En la sala de reuniones de la empresa, Hamlin empieza a repartir el trabajo del nuevo caso entre los suyos y James tiene que pararle los pies. Antes tiene que discutir algunos términos, claro. Howard le ofrece una cantidad bastante grande de dinero a McGill, para empezar. Dinero que el hombre no duda ni un segundo en aceptar. Es entonces cuando le toca su turno y Jimmy pide un despacho propio, para trabajar cerca de su hermano.
Más problemas. Hamlin pide al resto de los asistentes que ahuequen el ala y se larguen de allí. ¿Os acordáis de cuando le negó a James su puesto en aquella fiesta? Pues igual. Howard quiere el caso para HHM, y nada más. Y ese “nada más” incluye no tener a McGill allí. La pasividad de Chuck, allí presente, ante semejante afrenta hacia su hermano, hace levantar todas las sospechas. Un indignado Jimmy se levanta de allí furioso, revelando que no habrá caso para HHM. Antes prefiere quemarlo todo en plan fallero. Adiós al dinero, sí, pero con la dignidad intacta.
Es mi amigo
Una de las sorprendidas por la decisión de Howard es Kim. La mujer se dirige a hablar con su jefe, al que le pregunta el por qué. Hamlin dice que los socios han tomado una decisión, pero no se da por vencida. “Es mi amigo, y no le estás tratando de manera justa”. Antes de que se marche, Howard decide contarle la verdad. Verdad que no podemos saber pero que pronto se nos revela.
Mike y su compañero el que se viste a oscuras llegan a su destino, una fábrica abandonada en pleno desierto. Allí aparece otro vehículo, del que se bajan tres señores, uno de ellos ya conocido por todos: Nacho. Así que se trata de un asunto de los de Nacho.
El señor extraño tiene unas pastillas que va a pasar a Nacho a cambio de dinero. Y sus hombres iban a ir de protección. Os aseguro que Mike solo ya impone lo suficiente. De hecho en el dinero faltan 20 dólares y gracias a él y su sangre fría Nacho termina integrándolos al trato. Parece que la andadura en el negocio de Mike ya ha empezado, y solo ha tenido que quedarse ahí, de pie.
DRAMA
En el salón de uñas que actúa de recibidor a la oficina de James le vemos aparecer con Kim. Está claro, y más ahora que ha decidido escupir en ese dineral que le ofrecían, que no va a poder cumplir su sueño de salir de allí. Sin embargo, Kim (que sabe algo que ni McGill ni nosotros conocemos) le asegura que debe aceptar el trato. Miente en las razones y le asegura a su compañero que con ese dinero podrá empezar de verdad, y bien lejos de HHM.
El enfado momentáneo de Jimmy hace a Kim desaparecer, pero parece que le hace pensar. La mañana siguiente, James aparece en el salón de la casa de Chuck. Le cuenta que acepta el trato, que cogerá el dinero, que lo de Sanpiper ahora será cosa de HHM. Que se lo queden. Incluido él. Y ahora es cuando viene el drama. El DRAMA.
En el recap anterior concluía en que Chuck podía ser el gran y último desengaño que se llevase el James que conocemos en su vida. Y lo es. Porque se ha dado cuenta que el que no quiere que trabaje en HHM es su propio hermano. En este capítulo hemos podido ver una escena que he pasado por alto hasta ahora: Chuck, con McGill dormido, se dirige al buzón en plena madrugada (ataviado con sus protecciones anti-ondas) y realiza una llamada desde el móvil de su hermano.
Es como un chimpancé con un arma
La mañana siguiente el móvil estaba sin batería, lo que extrañó a Jimmy, que siempre lo apaga. A Chuck, sin embargo, se le había olvidado. También hay que tener en cuenta lo mal que llevaría el hombre pegarse a la oreja el teléfono. Tras investigar un poco, James descubre que la llamada fue a parar a HHM. Chuck llamó a Howard y le pidió que no le contratase. Esto es lo que Hamlin le contó a Kim. Su propio hermano no le ha querido allí desde el minuto uno.
Por eso parecía que Howard no tenía razones (ni hace años cuando ya le dijo no ni ahora), porque no las tiene. Todo es cosa de Chuck. Y Chuck, ante tales insinuaciones, estalla: “No eres una abogado de verdad”. “He dado mi vida por este trabajo”. “La gente no cambia, la ley es sagrada”. “¿Jimmy? ¿Con la carrera de derecho? Es como un chimpancé con un arma, la gente puede salir herida”.
James está muy disgustado. ¡Semejante traición! Él, que pensaba que su hermano estaba orgulloso. No volverá más por allí, que se las apañe solo con sus fobias para comprar comida y cosas. Ahora está solo. Mientras Jimmy, enfurecido, sube al coche y se marcha, su hermano trata de impedírselo, gritando desde la puerta. ¿Para llamar a Howard sí que sales y ahora no? Que te den, querido Chuck.
Opinión
Lo había dicho, lo sabía, ¿es posible que todo esto desencadene en Saul Goodman? Me parece francamente ingrato por parte de Chuck que no respete a James. Sobre todo después de estar meses llevándole hielo porque le da miedo enchufar la nevera. ¿Será posible?
¿Y qué me decís de Mike? Lo mismo te regala un perro que hace de garante en un intercambio con una banda criminal. A falta de un episodio, estoy seguro de que la nueva temporada nos depara un desarrollo mucho más importante en ambos personajes. Y quién sabe, tal vez aparezcan algunos nuevos.
Puntuación: 8