Bajo Sospecha Temporada 2 Capítulo 9 Análisis: “El jardín”

Llegamos al penúltimo capítulo de la segunda temporada de Bajo Sospecha con más intriga que nunca y muchas ganas de descubrir, por fin, quién es el culpable de los asesinatos y secuestros. La semana pasada estábamos a punto de descubrir qué se esconde en el jardín secreto, sin embargo, nos quedamos a las puertas de averiguarlo y con Alain siendo golpeado. ¿Qué hay en los terrenos del viejo hospital? ¿Saldrá Alain con vida?

En el noveno capítulo de la segunda temporada de Bajo Sospecha titulado “El jardín”, por fin descubriremos qué se esconde en el famoso jardín secreto que se encuentra en las instalaciones del antiguo hospital. Además, la policía está cada vez más cerca del asesino de Belén Yagüe y las últimas investigaciones arrojarán luz sobre el caso. Mientras tanto, el comisario Casas sigue en estado grave intentando salir adelante. Si quieres saber al detalle lo sucedido, sigue leyendo pero ¡¡alerta spoiler!!

El misterioso jardín

Comenzamos justo donde lo dejamos la semana pasada, con Alain en el jardín del antiguo hospital Montalbán y el enfermero Marcos golpeándole hasta dejarle inconsciente. Sin embargo, Sophie, la comisaria francesa, ha logrado averiguar el paradero del agente y llegar hasta el jardín, deteniendo a Marcos justo a tiempo para evitar otro asesinato. Ya tienen a un culpable pero, ¿qué esconden en ese lugar?

Al poco tiempo de llegar, la policía descubre el gran misterio que se esconde en el ya famoso jardín: más de una treintena de cadáveres enterrados. Bien podría haber sido algún tipo de cultivo ilegal pero el asunto se complica con tal macabro descubrimiento. ¿Quiénes eran todas esas personas? ¿Por qué las enterraban allí? Para despejar estas incógnitas, Sophie interroga al enfermero en comisaría y, aunque en un principio se niega a declarar y se confiesa inocente, las grabaciones de Ginés confesando la verdad hacen que no tenga más remedio que hablar.

Ahora que ha sido descubierto y delatado por el celador, Marcos confiesa que ambos llevan tiempo enterrando a escondidas a los pacientes que fallecen el hospital en lugar de incinerarlos como las familias piden. De este modo, se quedaban con el dinero del coste de la incineración y los enterraban en el jardín, pero no son los únicos responsables, Marcos señala a Adela como máximo culpable, como la cabeza pensante que daba las órdenes que el enfermero y el celador ejecutaban a cambio de la mitad del dinero.

Con acusación directa, la policía detiene a doña Adela que es interrogada en la comisaría. La directora del hospital se escuda diciendo que no sabía nada, que ella confiaba en sus trabajadores y ha sido engañada. Tiene dinero suficiente y no le hacía ninguna falta robar a sus pacientes, ¿por qué iba a hacer eso? Además, Adela se ha guardado las espaldas y tiene en su poder los recibos de las incineraciones que realizaban a cargo de una empresa funeraria externa.

Como no tienen nada en contra de Adela, la policía no tiene más remedio que dejarla en libertad tras tomarle declaración. No obstante, Sophie ha estado rápida y ha puesto un micrófono en el móvil de la directora. Gracias a esto, descubrimos que, nada más salir de instancias policiales, Adela llama a Daniel y le pide que acuda al hospital y recoja algo para ella. Acto seguido, Daniel cumple órdenes y coge unos documentos del hospital, pero Víctor le ataca por la espalda y le roba los papeles, que son los recibos de las incineraciones.

El rastro del asesino

Volviendo al momento en el que descubrieron el cadáver de Belén, Víctor quedó totalmente desolado. Vidal le aconsejó que se marchara, comprendía el dolor que sentía por todo lo que le unía a la doctora pero no podía ser visto en el lugar de los hechos porque toda la investigación se vendría abajo. Destrozado, a duras penas Víctor salió del cuarto pero descubrió un rastro de sangre. Logró dar con una pareja pero ellos no habían sido los culpables, aunque sí vieron a un hombre huir en un vehículo.

Tras analizar la escena del crimen, la policía científica encuentra la ruedecilla de un reloj enganchada en una de las mangas de Belén. Tras identificar el modelo, Alain se percata de que el reloj del anestesista coincide con el que buscan, sin embargo, ese reloj lleva la ruedecilla. No obstante, Víctor logra averiguar que es un regalo de empresa, por lo que todos los doctores tienen el mismo modelo de reloj. No es de gran ayuda pero, por lo menos, ahora saben a ciencia cierta que el asesino es uno de los doctores.

Sabiendo que uno de los doctores es el culpable, comienzan a investigar qué doctor no estaba en el centro en el momento en el que Belén fue asesinada. Mientras tanto, tras realizar las autopsias de Belén y Rafi, la policía confirma que Belén se defendió de su atacante utilizando una lámpara con la que consiguió herir al asesino y en la que han encontrado sangre que no era de Belén, por lo que pertenece al culpable. Además, han hallado huellas de Daniel Legarra en el teléfono móvil de la doctora Yagüe.

A raíz de las pruebas de la autopsia y después de descubrir que Daniel Legarra estuvo varias horas desparecido y averiguar que a su reloj le falta la ruedecilla, tienen pruebas para poder detenerle, sin embargo, hasta que no salga del hospital no pueden ir a por él. Después de registrar la casa y no encontrar ni rastro de Catherine, le trasladan hasta la comisaría donde es interrogado.  Pero finalmente comprueba que Daniel no ha podido ser el asesino porque no tiene heridas y su ADN no se corresponde con el hallado en la escena del crimen.

Atando cabos

Al analizar las facturas y los cadáveres encontrados en el jardín han descubierto que hay un cuerpo más que no ha sido documentado. En concreto, se trata de un varón de raza negra del que desconocen su nombre y va a ser muy complicado identificarlo al no ser que alguien le reconozca. Asimismo, la autopsia del cadáver dice que tenía heridas de arma blanca. ¿Quién es ese misterioso hombre? ¿Qué relación tiene con las muertes y los secuestros?

Con el objetivo de averiguar la identidad del cadáver, la policía comienza a preguntar por el hospital pero nadie logra reconocerle. Mientras, Daniel le cuenta a la directora lo sucedido con los documentos y que alguien le atacó. En ese instante Adela se percata de que le estaban esperando y, por ende, vigilando, lo que quiere decir que tienen micrófonos por el hospital y que sus teléfonos han sido pinchados. Efectivamente, Adela encuentra los micrófonos y se asegura de que nadie diga nada más dentro de ese hospital.

Por su parte, Vidal ha ido a comprobar las palabras de Daniel para cerciorarse de que decía la verdad y durante las horas que estuvo desaparecido en realidad estaba con una de las enfermeras. Natalia, la enfermera que está enamorada del doctor Legarra, escucha la conversación y, por despecho, realiza una llamada anónima a la comisaria Sophie para decirle que el cadáver que están tratando de identificar corresponde a Nelson Diop.

Mientras tanto, Víctor sigue furioso por no haber dado todavía con el asesino de Belén y se enzarza en una discusión con Alain, momento en el que Gorka, el anestesista, entra en acción para separarles. En ese instante recibe un golpe del que se queja y comienza a salirle una mancha de sangre. Víctor se ha dado cuenta y le sigue hasta vestuarios donde descubre que lleva puesto el reloj de Daniel Legarra y no el suyo. Ya tiene al asesino de Belén y cuando está a punto de matarle con sus propias manos llega Alain para evitar que Víctor se convierta en un asesino más.

Tras ser acusado del asesinato de Belén Yagüe, la policía se presenta en el hospital para llevarse a Gorka detenido. Lidia se entera de que el anestesista es el responsable también de la muerte de su hijo Rafi y, aprovechando el traslado, pincha a Gorka con una jeringuilla que contiene alguna sustancia que provoca que Gorka caiga al suelo paralizado. Aunque la enfermera ha actuado por venganza, ahora la vida del anestesista corre peligro y puede que pierdan la única pista que les quedaba para encontrar a Catherine que, ahora sí,  ha sido secuestrada.

Valoración final del capítulo
  • Valoración - 8.5/10
    8.5/10

En resumen

Trepidante capítulo en el que la emoción ha estado presente hasta identificar al asesino, pero dejándonos con la última gran incógnita hasta el próximo episodio.

8.5/10
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