Bajo Sospecha Temporada 2 Capítulo 5 Análisis: “El horno”
Una semana más volvemos con el análisis de un nuevo capítulo de Bajo Sospecha. La serie protagonizada por Yon González y Olivia Molina, entre otros, a pesar de los extraños cortes entre secuencias que tanto se han notado en este episodio, logró mantener pegados en la pantalla a 3.088.000 espectadores, lo que supone un estupendo 17,3% de share, unas cifras que aumentan respecto a la semana pasada.
En el quinto capítulo de la segunda temporada de Bajo Sospecha titulado “El horno”, Víctor tendrá que lidiar con la comisaria para que le deje seguir en el caso e intentará convencer a Belén para que no le delate y colabore con la investigación. Por otra parte, un hallazgo en el horno crematorio abrirá una nueva línea que investigar en el caso. Además, la doctora Sara Guzmán despertará del coma y su testimonio será revelador. Si quieres saber al detalle lo sucedido, sigue leyendo pero ¡¡alerta spoiler!!
Un testimonio esencial
Como pudimos ver al final del episodio pasado, la psicóloga Sara Guzmán por fin ha despertado del coma. Gorka, su marido, insiste en entrar a ver a su mujer, pero la policía se lo impide ya que necesitan ser los primeros en hablar con ella porque su testimonio resulta esencial en la investigación para encontrar a Catherine, que no debemos olvidar que todavía sigue en paradero desconocido.
Cuando Casas y la comisaria se presentan en el hospital para interrogar a Sara, la mujer acepta ayudarles pero no recuerda gran cosa. Lo único que le viene a la memoria son flashes y el momento en el que alguien le atacó por la espalda y le drogó en el instante en el que se marchaba del hospital de regreso a casa. Tampoco oyó ni vio nada en su traslado hasta la cementera donde la encontraron y el pasaporte lo estaba renovando porque quería regalarle un viaje sorpresa a su marido.
Dispuesta a ayudar en la investigación, Sara accede acudir a comisaría para ver a Ginés en una rueda de reconocimiento. Aunque en un principio duda bastante, al final reconoce que recuerda un tatuaje de una telaraña en una de las manos de la persona que le secuestró, justo como el mismo que lleva tatuado el celador en su mano izquierda.
Sin embargo a mí me resulta poco creíble la historia de Sara. Ha dudado demasiado a la hora de inculpar a Ginés y parece bastante evidente que todo es una mentira tramada por su marido Gorka, quien probablemente le haya contado que el celador es la única persona contra la que la policía tiene algo. De esta forma, el testimonio de Sara es importante como prueba para encarcelar definitivamente a Ginés como único responsable y dar por zanjado parte del caso.
Si esta teoría fuera cierta, Gorka sería ahora el principal sospechoso, pero no sería el único. Sabemos que guarda un secreto junto con Daniel Legarra, algo misterioso que desconocemos pero que no tiene que ver con la enfermedad del cirujano. Además, probablemente Lidia, la jefa de enfermeras, también esté metida en el asunto, puesto que fue la primera en ver a Sara al despertar del coma y antes de que la psicóloga hablara con la policía, por lo que podría haberle avisado de todo y pedirle que fingiera que no recuerda nada.
Quien ahora también resulta importante para la investigación es Belén. La doctora ha descubierto todo el plan policial y Víctor cree que lo más conveniente para todos es que la mujer les ayude. Al igual que él o Alain, puede trabajar desde dentro, lo que servirá como tapadera a Víctor cuando tenga que ausentarse del trabajo o la fastidie con algún paciente.
A pesar de la negativa por parte de la comisaria francesa, Casas apoya la idea de su hijo y acepta que Belén, siempre y cuando guarde el secreto, les ayude con la investigación, nadie mejor que ella para guiarles por los entresijos del hospital y, además, puede tener información vital para encontrar a Catherine y descubrir quién asesinó a Isabel Freire.
Libertad pero con papeletas de ser sospechoso
Tras descubrirse el gran secreto de Daniel Legarra, el cirujano queda en libertad por no tener pruebas que le inculpen. A su salida de los calabozos, Ginés, el celador que por ahora es el único sospechoso para la policía, amenaza con contar todo lo que sabe sobre el hospital si no le ayudan a salir y termina en la cárcel.
De regreso en el hospital tras ser liberado, Daniel se reúne con Gorka, quien le culpabiliza del secuestro de su mujer. A pesar de todo, Daniel dice ser inocente y añade que hay alguien que está haciendo todo eso para responsabilizarles. Esta conversación es reveladora, ambos esconden algo muy gordo para tener miedo de que otra persona les haya descubierto y, además, esté intentando acabar con ellos, ¿qué secreto guardan? ¿Está relacionado con Catherine o la muerte de Isabel?
Los problemas para Daniel no quedan ahí, el cirujano mantiene una extraña relación con Natalia, una de las enfermeras y de las pocas personas que conocen su enfermedad. La mujer siempre ha creído que entre ambos existía una relación, cosa que el doctor desmiente y inicia una discusión que provoca que Natalia caiga por las escaleras, no sin antes escuchar a la enfermera cómo amenazaba a Daniel con contar todo lo que sabe.
Además, una conversación entre Víctor y Belén nos descubre que la doctora tiene algunas sospechas que nunca se ha atrevido a contar a la policía. La mujer piensa que todo lo que está ocurriendo tiene que ver con lo sucedido semanas atrás en el cumpleaños de Isabel, momento en el que Isabel y Catherine discutían y Daniel medió entre ellas para calmar la situación.
Un error garrafal
Unas prótesis han aparecido en los restos del horno crematorio. Nadie sabe de quién son pero con comprobar el número de serie basta para descubrir que pertenecen a Enrique, el marido de Isabel que lleva día desaparecido. Rápidamente, Alain registra todo el horno en busca de pruebas para encontrar al responsable del nuevo asesinato.
El principal sospechoso es Miguel, ya que la policía teme que Enrique descubrió que él era el amante de Isabel y cuando fue en busca de una explicación el forense terminó con su vida. Víctor aprovecha la ocasión y le pide ayuda a Belén para que sea ella quien converse con Miguel para averiguar si el forense sabe algo sobre Enrique, aunque lo único que consigue es que Miguel sepa que han encontrado las prótesis y que saben que Enrique está muerto.
Sin perder más tiempo, Miguel registra el horno pero no encuentra nada, aunque ha sido visto por Alain, que ya no tiene más dudas y sabe que el forense es el asesino de Enrique. Asimismo, un registro rápido del ordenador de Miguel le descubre que ha comprado un billete para viajar esa misma noche. Sin embargo, la policía no tiene ninguna prueba directa, todo son puras conjeturas.
Desconfianza
Tras el error cometido por Víctor al perder el móvil cuando fue narcotizado, la policía francesa desconfía todavía más de la eficacia de los españoles. Cuando parece que tienen algo, surge otra cosa que tira por tierra todo el trabajo y al final vuelven a estar como al principio. Sin embargo, el comisario Casas les recuerda que, hasta la llegada de Víctor como infiltrado, no habían encontrado ni una mísera prueba.
A pesar de las palabras de Casas, la comisaria ordena a Alain que coloque micrófonos y balizas de seguimiento en el coche de Belén porque no termina de fiarse ni de la doctora ni de Víctor ni de nadie. Pero para su desgracia, un error de Alain hace que Víctor sospeche que alguien les vigila y encuentra un micrófono en el coche de Belén.
Al confirmar que su padre no ha ordenado vigilar a la doctora, Víctor pide a Vidal que le ayude y accede a colocar una prueba falsa para inculpar a Miguel en el asesinato de Enrique. Dicho y hecho, ambos se compinchan y logran poner un martillo impregnado de sangre en el cajón del despacho del forense. Pero cuando la policía accede para realizar el registro se encuentran con la prueba en el escritorio del otro forense, de Alain.
Por ahora les ha salido mal la jugada y, encima, han tenido que detener a Alain para no levantar sospechas. Miguel se dio cuenta, gracias a la conversación con Belén, de que habían aparecido las prótesis de Enrique en el horno crematorio y ha tenido tiempo para revisar sus cosas, encontrando así la falsa prueba. ¿Cómo arreglarán ahora este nuevo error? ¿Qué harán ahora para poder coger a Miguel?