American Horror Story: Hotel Capítulo 11 Análisis: “Battle Royale”
Comenzamos el año y con el 2016 llega la recta final de American Horror Story: Hotel. En el último episodio emitido vimos cómo Iris y Liz Taylor decidían entrar en acción para apoderarse del hotel Cortez y disparaban a bocajarro a la Condesa y a Donovan, dejándonos con la duda de si están muertos o de si se cumple el dicho de “bicho malo nunca muere”. Además, el detective Lowe conocía por fin la verdad acerca de su hijo Holden y de su esposa Alex, optando ambos por marcharse del hotel y comenzar una vida juntos de nuevo.
En este undécimo capítulo de American Horror Story: Hotel titulado “Battle Royale”, la Condesa será víctima del odio generado con su actitud y obsesiones. Por su parte, John y Alex volverán a su viejo hogar pero un imprevisto hará cambiar su suerte. Asimismo, podremos disfrutar de la visita de una vieja conocida para los seguidores de la saga American Horror Story. Si quieres saber al detalle lo sucedido, sigue leyendo pero ¡¡alerta spoiler!!
Un final digno
Retomamos la serie justo por donde lo dejamos, con Iris y Liz Taylor acudiendo, pistolas en mano, a la suite de la Condesa. Sin que el pulso les tiemble, ambas disparan sin ton ni son, pero con la mala suerte de que Donovan se interpone entre las balas y la Condesa y es alcanzado por los disparos propiciados por su propia madre. Esta claro que Iris no quería asesinar a su hijo pero el amor del chico por la Condesa le cegó por completo.
Antes de morir en brazos de Iris, Donovan le ruega a su madre que le ayude a salir del hotel para evitar quedar atrapado para siempre con el resto de amantes de la Condesa, una vida que no podría soportar. Con la ayuda de Liz logran llevar al chico hasta el exterior y, una vez en al calle, Donovan logra decir sus últimas palabras: “Gracias, mamá”. Lástima de juventud.
Con las cenizas de su hijo en las manos, Iris se replantea su vida, hasta ahora ha luchado por y para Donovan, ¿qué salida le queda ahora? Aunque parecía que Iris iba a optar por tirarse desde la azotea del hotel, decide continuar con su venganza y, desesperados porque la Condesa no ha muerto y no logran localizarla, Iris y Liz Taylor recurren a su última esperanza, Ramona Royale.
Como era de esperar, Ramona quiere venganza y necesita matar a alguien para volver a sentirse con vida y, aunque fija su objetivo en Iris porque ella le engañó y le traicionó, Liz consigue una tregua a cambio de proporcionarle la vida de otra persona para que Ramona se sienta satisfecha. Parece una tarea complicada pero la inesperada llegada de una huésped pone las cosas mucho más fáciles. ¿Conseguirán la cena para que Ramona les conceda su perdón y ayuda?
Entre la espada y la pared
Mientras tanto, con la ayuda de Sally, la Condesa se recupera de los múltiples balazos recibidos. ¿Por qué ha sido ella la que le ha salvado la vida? El motivo es tan simple como que la necesita para poder estar con el detective Lowe, para que John regrese al hotel y poder matarlo para tenerlo junto a ella para el resto de sus días. Al mismo tiempo, Sally aprovecha para contarle una historia de su pasado, mostrándonos por fin cómo llegó hasta el hotel.
La narración involucra a dos músicos, una pareja con la que pasaba horas entre música, sexo y drogas. Tanta era la obsesión que Sally tenía con ellos que hasta en una de esas citas desenfrenadas decidió coser los cuerpos para estar unidos para siempre, pero con tan mala suerte que la pareja murió de sobredosis. Pasó cinco días entre ambos cuerpos inertes hasta que un extraño ser le torturó durante tres días más, fue ahí cuando Sally decidió dar un tirón y escapar, pero ya había sido reclutada por el hotel de por vida.
Tras escuchar su historia y agonizando, la Condesa pide la sangre de Donovan para poder alimentarse, pero Sally le da informa de una mala noticia: el chico ha muerto. Su estado cada vez es más lamentable, si no ingiere sangre acabará muriendo, por lo que Sally recurre a dos de los pequeños vampiros para que alimenten a su madre, aunque eso les cueste la vida a los niños y sea una puñalada más en el corazón de la Condesa.
Vampiros, brujas y fantasmas
Para los seguidores de la saga creada por Ryan Murphy, la nueva huésped es una cara conocida, no es otra que Gabourey Sidibe en su papel de Queenie, una de las protagonistas y de los personajes favoritos de American Horror Story: Coven. La bruja ha llegado hasta el hotel para alojarse mientras concursa en “El precio justo”, y es que nadie puede resistirse a los focos y a los premios y el dinero.
Nada mas entrar en la habitación Queenie parece percibir todos los asesinatos cometidos en ese lugar y, aunque pide un cambio, no tiene más remedio que quedarse ahí. Rápidamente Ramona hace acto de presencia en escena e intenta matarla, pero cada cuchillada la recibe ella, Queenie actúa como un muñeco vudú y es imposible que Ramona pueda acabar con ella. Sin embargo, la aparición estelar de March hace cambiar las cosas y con una puñalada certera termina con la vida de Queenie, una bruja no puede hacer nada contra un fantasma.
Después de haberle ayudado y salvado la vida, March le pide a Ramona que mate a la Condesa, esa es la única forma de evitar que se fugue y de mantenerla retenida en el hotel para siempre sin que sospeche que él ha tenido algo que ver. Además, con la Condesa más vulnerable que nunca Ramona tiene todas las de ganar, sobre todo tras calmar su sed y contagiarse de los poderes y vitalidad de Queenie.
Revitalizadas ambas pero con la Condesa todavía un tanto débil, ambas mujeres se vuelven a encontrar en la suite del hotel. Aunque la Condesa intenta librarse de una muerte segura ofreciéndole a Ramona el hotel, la actriz no cede a una indemnización tan absurda. Con un as en la manga, la Condesa mueve ficha y besa a Ramona, que no tarda en caer rendida de nuevo a los encantos de uno de los amores de su vida.
Nada es lo que parece
Ajeno a lo que sucede en el hotel, la vida parece sonreír por fin a John, ha recuperado a su hijo Holden, su esposa Alex le ha perdonado y las cosas van a volver a ser como antes, con la única diferencia de que la alimentación va a variar un poco. Tras buscar una presa para que parte de su familia pueda cenar, John regresa a casa y no encuentra a nadie, aunque sí se percata de una llave perteneciente al hotel Cortez.
Sin perder más tiempo, el detective acude al hotel y llega hasta la habitación 64, donde se encuentra con Sally, que le recuerda que le queda cumplir el trato con March, el último mandamiento “No matarás” debe ser ejecutado. Para sorpresa de algunos, John no tarda en decidir quién será su víctima y dispara a la Condesa cuando ésta intentaba escapar. Tras cortarle la cabeza, John coloca el último trofeo para March.
Con las cosas más calmadas, descubrimos que March siempre había querido matar a la Condesa porque pensaba que fue ella quien le delató a la policía, pero una gran revelación le hace ver que las cosas nunca fueron como él creyó, fue su asistenta, Ms. Evers, la culpable. Después de escuchar cómo la mujer le confiesa su amor, March la destierra de su servicio y brinda por la vida eterna junto a la Condesa. ¿Se habrán terminado todos los problemas en el hotel Cortez?