Los 5 mejores dramas de Woody Allen
Woody Allen es un auténtico estajanovista. Un tipo que bajo esa apariencia de burgués de clase alta (que lo es), esconde un currante nato. La prueba es que ahora incluso esta trabajando en una serie para Amazon, con lo que los seriéfilos estamos de enhorabuena. Allen ha repetido muchas veces que necesita escribir como forma de vida, que para él unas vacaciones no son tales si previamente no se ha pasado el resto del año escribiendo y rodando. Su método de trabajo es sencillo, la mitad del año se lo pasa entre los partidos de los Knicks a pie de pista en el Madison, sus actuaciones de cada lunes en el Café Carlyle, y la escritura del guión del que será su siguiente proyecto.
La otra mitad del año se lo pasa rodando, pero no el guión que ha escrito ese año si no el anterior. Con lo que siempre va con un guión de adelanto sobre el rodaje que le toca. Este sistema de trabajo le ha permitido estrenar una película anual indefectiblemente desde Annie Hall (con la excepción que confirma la regla de 1981).
Por tanto, a la hora de abordar un acercamiento a una filmografía tan basta como la de Allen, con 52 títulos como director, podemos hacerlo desde dos enfoques distintos: peliculas serias, o comedias.
Esta partición no tiene nada que ver con la calidad de las películas, no hay una lista A ni una B. Ni los dramas son mejores que las comedias. Pero sí hay una cosa cierta cuando pensamos en ver una película antigua de Woody Allen, hay obras maestras como por ejemplo Delitos y faltas, pero también tenemos películas “menores” (tremendamente entrecomillado) como Granujas de medio pelo, que estando en un top ortodoxo por detrás de la citada Delitos y faltas o Manhattan, es una comedia que se puede ver una y otra vez sin cansarse.
De esta manera, una vez que os hayáis leído los dos artículos que hemos publicado, podréis tener pelis de Woody Allen en la recamara tanto para un roto como para un descosido.
Comenzamos con los 5 mejores dramas de Woody Allen:
Delitos y faltas (1989)
Para mi, Delitos y faltas es no solo el mejor drama de Woody Allen, también la mejor película de su filmografía. A través de la historia de dos hermanos, uno exitoso profesional y otro que es su polo opuesto, el director traza un incisivo retrato sobre la condición humana de marcado carácter nihilista.
Tal como hará en muchas de sus películas, Allen recurre al Mc Guffin del asesinato para articular esta parabola sobre la culpa, el sentimiento de inferioridad y la envidia que nos regala una excepcional interpretación de un Martin Landau al que rescató del ostracismo antes de que años después Tim Burton le regalase su papel más memorable, el de Bela Lugosi en la bellísima Ed Wood.
La película estuvo nominada a 3 Oscar (dirección, guión y actor secundario para Martin Landau).
Maridos y Mujeres (1992)
Vista con la perspectiva del tiempo y de conocer el famoso affaire de Allen con su hija adoptiva Soon Yi (ahora ya no affaire si no simplemente su mujer), Maridos y Mujeres puede considerarse quizá el film más autobiográfico del Allen maduro. Un duro ensayo sobre el matrimonio, el amor, el sexo y la infidelidad a través de la historia de dos matrimonios amigos, uno a punto de divorciarse y otro sin intención de hacerlo pero quizá ya disuelto emocionalmente más incluso que el primero.
Maridos y Mujeres, un clásico entre los mejores dramas de Allen, constituye además la última colaboración de Allen con su hasta entonces mujer Mia Farrow, y cuenta con una excepcional Judy Davis y un muy solvente Sidney Pollack en su mejor trabajo como actor (recordemos que Pollack destacó sobre todo como director). Juliette Lewis repite un poco el papel de Lolita que la dio a conocer un año antes en El Cabo del Miedo en una película que obtuvo dos nominaciones a los Oscar (guión y actriz de reparto para Davis).
Match Point (2005)
La película con la que las generaciones más jovenes descubrieron a Woody Allen, aunque suene triste decirlo. Debido en gran parte al protagonismo de Scarlett Johansson pero si ahondamos un poco más, Match Point es una película que conecta muy bien con los tiempos actuales. Es más, el retrato que Allen hace de la alta sociedad londinense y de como el protagonista, interpretado por un excepcional Jonathan Rhys Meyers intenta COMO SEA meter la cabeza en ella, tiene aún más vigencia hoy que la clase media esta en pleno proceso de destrucción, que en el estreno de la película hace diez años.
Match Point contiene una de las analogías más brillantes sobre la vida vistas en una pantalla de cine, la de esa pelota de tenis que golpea la red y dependiendo del lado que caiga finalmente determinará la suerte del personaje principal. Al final del post os dejaré el video.
Un drama extraordinario que tan solo obtuvo una nominación a los Oscar para su guión y que marcó el inicio del periplo de Allen por Europa para enmarcar sus proyectos.
Manhattan (1979)
El descubrimiento de Woody Allen como autor dramático tras sus inicios en la comedia con películas como Bananas, Toma el dinero y corre o El dormilón. Aunque ya había alcanzado el reconocimiento de la industria con los cuatro Oscar obtenidos dos años antes por Annie Hall, Allen quería obtener el respeto como dramaturgo, no en vano siempre ha dicho que le gustaría haberse reencarnado en Bergman, y aunque con Interiores no le fue mal, Manhattan fue su consolidación en este genero.
Manhattan es una película que a pesar de su enorme prestigio critico resulta un tanto indigesta para el gran público. Tal vez sea por su (bellísimo) blanco y negro a cargo del maestro Gordon Willis, pero yo creo que más bien es por su tono desesperanzador y acusadamente nihilista.
Es como los días de lluvia, mucha gente los odia pero los que los amamos no preferimos otra climatología que esa.
La película constituye además una excepcional postal de la ciudad de Nueva York (su cartel es un icono de la ciudad), y demuestra el carácter visionario de Allen al avanzarnos la ola de hipsterismo que nos inunda actualmente a través del personaje interpretado por Mariel Hemingway.
Fue nominada a los Oscar a mejor guión y actriz de reparto para Mariel Hemingway. Inexplicablemente la fotografía de Willis no obtuvo siquiera la nominación. Por todo ello, imposible no incluir a Manhattan entre las mejores películas de drama de Woody Allen.
Melinda y Melinda (2004)
Esta película podríamos haberla colocado tanto en su lista de mejores comedias como de dramas, pues es una suerte de experimento cinematográfico bipolar que Allen hizo en torno a la historia de una mujer (Radha Mitchell) que sufre dos situaciones completamente diferentes de tono, una tremendamente dramática y otra de carácter comico.
Allen intercala con maestría ambos universos y tonos para conseguir acongojarnos y hacernos reir a carcajadas a los cinco minutos. Se trata de una de las películas más desapercibidas de la filmografía de Woody Allen, pero una apuesta segura a nivel de recomendación “Woodyalenera”. Manhattan te la pueden tirar a la cabeza si le prestas el DVD a alguien (no lo comparto pero puedo entenderlo) pero con Melinda y Melinda triunfarás seguro.
Destacar además de a Mitchell la interpretación de Will Ferrell como emulo de Allen, un actor que cuando le han dado papeles serios como en este film o en Más extraño que la ficción ha demostrado su solvencia. Cuidado, no me estoy metiendo con su papel de Mugatu en Zoolander, obra maestra de la comedia universal y de obligado visionado YA si no la habéis visto todavía a estas alturas.
Con Melinda y Melinda concluimos este repaso a los cinco mejores dramas de Woody Allen, son (como todas las recomendaciones), totalmente subjetivas y tan solo pretenden ser una guía de iniciación rápida al universo de Allen.
¿Estáis de acuerdo con mis cinco elecciones?. Sé que muchos cambiaríais una, dos o la totalidad de títulos elegidos, pero es lo bueno de grandes autores como Woody Allen, Clint Eastwood o Peter Weir, siempre puedes encontrar algo interesante empieces por donde empieces de su filmografía.