Crítica de Molly’s Game
Aaron Sorkin crea una verdadera partida de póker en la que hay buenas mazas pero también unos cuantos faroles. Jessica Chastain vuelve a brillar con una protagonista soberbia.
¡Hagan juego!
Ha tardado Aaron Sorkin en ponerse en frente de un proyecto como director. Aclamado dramaturgo y guionista, es el artífice de libretos tan aplaudidos como los de ‘Algunos hombres buenos’, ‘La guerra de Charlie Wilson’, ‘La red social’ o ‘Steve Jobs’ y creador de series tan celebradas como ‘El ala oeste de la Casa Blanca’ o ‘The Newsroom’. Esta vez, Sorkin propone un juego estratégico diferente con ‘Molly’s Game’, su debut como realizador. Protagonizada por Jessica Chastain e Idris Elba, la película ya ha logrado dos nominaciones a los Globos de Oro y una candidatura al BAFTA.
Molly Bloom era una joven promesa. Esquiadora olímpica y estudiante sobresaliente en el instituto, lo tenía todo para triunfar. Sin embargo, las desavenencias con su padre, un hombre demasiado exigente para el cariño y amor que ofrece, provocan que Molly decida dedicarse a una vida de dinero fácil. Después de trabajar de secretaria para un tipo de dudosa fama, el hombre la introduce en el mundo de los juegos de póker ilegales. Poco a poco, irá aprendiendo el oficio y se convertirá en una de las grandes organizadoras de juego ilícito, lo que le traerá muy malas consecuencias cuando, sin querer, se vea envuelta en lavado de dinero procedente de la mafia rusa.
Un enrevesado juego de poder e intriga
Basada en hechos reales, Sorkin empieza muy bien su jugada, sin mostrar sus cartas, provocando cierto desconcierto en el espectador y dando pie a crear interés en una trama en la que se mezclan póker e intrigas de poder. Desde el primer momento se nota que se está ante una película escrita por el guionista de ‘La red social’ y ‘Moneyball’. En esta ocasión, es Jessica Chastain la que se convierte en la experta crupier de un peligroso juego de naipes, tan frágil como los castillos que se construyen con ellos.
En forma de thriller y a la vez de drama judicial, Sorkin narra dos historias que muestran el hecho y la consecuencia. En su debut como realizador, se nota que el guionista ha tenido muy buenos compañeros de trabajo, ya que se percibe cierto estilo de David Fincher, Danny Boyle y Mike Nichols, en el primero en la compleja telaraña que construye alrededor de los juegos de póker, en el segundo por seleccionar cuidadosamente los momentos clave para entender el desarrollo de la trama y del tercero por los sagaces enfrentamientos entre Jessica Chastain, de nuevo sublime, e Idris Elba, que ejerce de buen partenaire.
Jessica Chastain sublime en Molly´s Game
Quizás la única pega de la ópera prima de Aaron Sorkin sea su último acto, en el que introduce cierta moralina rancia típica estadounidense, en la que pretende dar una dignidad incoherente en una protagonista de dudosa ética. Parece que, pese que Molly Bloom no es trigo limpio, la protagonista tiene unos principios que, hasta el final de la película, no se aprecian.
Ahí reside el principal defecto de una película muy bien ejecutada. ‘Molly’s Game’ supone un buen debut para el aclamado guionista de ‘La guerra de Charlie Wilson’. Sin embargo, hubiera sido un primer ejercicio perfecto de no haber querido introducir un mensaje redentor que parece que, con el paso del tiempo, se va acentuando en los escritos de Sorkin, ya que también fue el único punto negativo de la magnífica ‘Steve Jobs’. Gracias a su tensión, buenos diálogos y una protagonista espléndida, ‘Molly’s Game’ se convierte en una propuesta interesante y que, comercialmente hablando, ofrece algo distinto.
Tráiler en español de ‘Molly’s Game‘
Crítica de Molly's Game
- Dirección
- Guion
- Interpretaciones
- Fotografía
- Montaje
Resumen
style="text-align: justify;"Interesante debut de Aaron Sorkin como director, pero su guion está lejos de 'La guerra de Charlie Wilson' o 'La red social'. Jessica Chastain está sublime.