Crítica de El hombre del corazón de hierro

Película que promete mucho pero que, finalmente, se queda en una digna producción sobre uno de los momentos más importantes de la Segunda Guerra Mundial que hubiera podido dar para un filme más profundo y complejo. Jason Clarke cumple dando vida a un espeluznante y monstruoso sociópata.

Las dos caras de un monstruo

Para bien o para mal, la Segunda Guerra Mundial ha dado para crear múltiples producciones cinematográficas: Unas obras maestras del séptimo arte, otras películas buenas sin más y otras que, simplemente, están hechas para pasar el rato. Es el caso de ‘El hombre del corazón de hierro’, coproducción internacional dirigida por el francés Cédric Jiménez y protagonizada por Jason Clarke, Rosamund Pike y Jack O’Connell.

La película se divide en dos tramas. Ambientada en 1942, en plena Segunda Guerra Mundial, la primera parte narra la conversión ideológica al nazismo de Reinhard Heidrych, militar del ejército alemán que se convierte en una de las figuras más poderosas del régimen nacional-socialista. Llamada también ‘El carnicero de Praga’, Heidrych es considerado uno de los artífices de la ‘Solución Final’, que provocó el genocidio de más de seis millones de judíos en las cámaras de gas. La segunda parte muestra la conocida Operación Antropoide, en la que dos miembros de la Resistencia, Jozef Gabcik y Jan Kubis. Ambos se convertirán en héroes al lograr ejecutar a Heidrych, considerado uno de los líderes nazis más crueles y sanguinarios que tuvo Hitler.

Una primera parte muy interesante

Es curioso que, con una diferencia de meses, hayan salido dos producciones cinematográficas con una temática similar. Primero vino ‘Operación Anthropoid’, una producción británica protagonizada por Cillian Murphy y dirigida por Sean Ellis (‘Metro Manila’, ‘Cashback’), que se centró únicamente en cómo se gestó el plan para matar a Heidrych. ‘El hombre del corazón de hierro’, por el contrario, se centra primero en la vida del sanguinario militar y en cómo se convirtió en el monstruo desalmado por lo que es conocido.

Es, justamente, esta parte en la que la película brilla, mostrando las dos caras de un hombre que podría ser el doctor Jekyll y Mr. Hyde al ser un afable padre de familia y un marido ejemplar por el día, pero por la noche se transforma en un líder sin escrúpulos capaz de asesinar a un pueblo entero y traicionar a sus aliados. Es espeluznante cómo se va gestando la bestia. Ahí está un Jason Clarke soberbio, que es capaz de infundir pánico sólo con la mirada, además de tener un cabello rubio que hace más duras sus frías facciones. Eso sí, llama la atención como, al inicio, Heidrych carece de razonamiento propio, siendo su esposa, una certera Rosamund Pike, la que intriga y crea la despiadada mente del asesino, cual Lady Macbeth. Sin duda, la radiografía de este sociópata es la parte más interesante de la cinta

Una segunda parte y un final predecible

El problema viene cuando la película se centra en la Operación Antropoide y cambia de perspectiva. Un plan trazado de forma improvisada y poco creíble, cierto es que Jack O’Connell y Jack Reynor defienden, como pueden, a estos dos héroes mal retratados por un guion predecible, provocando que la cinta se convierta en una propuesta torpe en la que las intrigas y el toque propio del thriller no brillen. Tampoco está bien estructurada la trama, al crear dos héroes trágicos de una manera forzada, creando múltiples errores que, claramente, chirrían.

El hombre del corazón de hierro’, por tanto, se convierte en una producción más sobre la Segunda Guerra Mundial. Gustará y llamará la atención por su primera parte. Sin embargo, se olvidará con demasiada facilidad, algo triste al ser un hecho real que, en manos de un realizador y un guionista más experimentado, hubiera podido dar lugar a un sublime thriller de intrigas de poder. Pese a tener unos actores excelentes, la cinta no logra llegar a ser excepcional.

Crítica de 'El hombre del corazón de hierro'
  • Dirección
  • Guion
  • Interpretaciones
  • Música
  • Fotografía

Resumen

Interesante en su primera parte, con un tenebroso Jason Clarke, la película flojea en su segunda parte, convirtiéndose en un filme más sobre la Segunda Guerra Mundial.

3.0
Cinéfilos 5 (1 voto)
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