Crítica de Mientras dure la guerra
Alejandro Amenábar cuenta los primeros días del alzamiento militar de 1936 y explica como este fue tomando un cariz fascista y como llevó a la toma del poder por parte del general Franco y a la guerra civil, a través del escritor, intelectual y entonces rector universitario Miguel de Unamuno. El relato de estos hechos se engarza en película a la perfección gracias a una dirección, un guion y unos actores impecables; salvo que ocurra algún fenómeno extraordinario en los próximos meses, estamos ante la mejor película española del año.
Mientras dure la guerra de Alejandro Amenábar
Aunque, como el propio interesado dice, conseguir hacer películas en España siempre es algo insólito y un pequeño milagro, el caso de Amenábar es especialmente singular. Es complicado tocar techo siendo muy joven y haberlo conseguido prácticamente todo con 33 años, incluyendo prestigio, popularidad, éxito de taquilla, interés de estrellas de Hollywood, varios Goyas, un Oscar y una sucesión de cuatro películas de éxito se puede decir que apoteósico (Tesis, Abre los ojos, Los otros y Mar adentro). No es de extrañar que a continuación le haya tocado un periodo largo de crisis con dos proyectos internacionales que no han cuajado, Ágora y Regresión, durante el cual ha podido dar la impresión de que su momento había pasado y tal vez sería difícil que volviera.
No una, sino la película sobre la guerra civil
Es curioso que el chaval que consiguió llevar al cine con sus primeras películas a muchos espectadores reticentes ante el cine español proponiendo historias de género con un esquema argumental típico de Hollywood y sin ninguno de los tics propios del cine nacional, sin pizca de influencia de la cultura católica ni del peso de la familia, haya vuelto más de 20 años después por la puerta grande renunciando a las coproducciones extranjeras y a rodar en inglés y con un relato acerca de los primeros días de la guerra civil, el tema que constituye el mayor cliché, aunque también el más falso, asociado con nuestro cine. Y lo ha hecho mostrando una madurez como cineasta que, tras recorrer el mundo, ha vuelto a casa, se ha encontrado a sí mismo y ofrece un trabajo redondo e impecable, el mejor de su carrera, que de hecho mueve a sus primeros éxitos, sin quitarles el mérito, a la categoría de obras de juventud.
Probablemente Mientras dure la guerra va a dar que hablar durante mucho tiempo. Por la simetría de sus acertados planos inicial y final; por una labor perfecta en la dirección que no deja ni un plano anodino ni una escena donde la narración pierda fuerza; por el trabajo increíble de los actores que debería dejar ya sentenciado el Goya de este año para Karra Elejalde como protagonista y a Eduard Fernández y Santi Prego disputándose sin competencia posible el de actor de reparto; por un guión ejemplar a la hora de convertir hechos históricos dándoles forma de material dramático; por contar un momento clave en la historia de un país a través de la evolución ideológica y del desengaño de un personaje relevante; por su enorme valor didáctico; porque, por mucho que mientan algunos, las películas que han contado lo que ocurrió en nuestra guerra civil, y no solamente historias que transcurren durante ella, han sido muy pocas y ninguna tan buena; por un tono muy correcto y comedido, también por mucho que puedan mentir algunos, en el retrato de unos personajes que podrían haberse llevado a la caricatura o mostrarse desde el odio o desde la visceralidad; por estar llamada a ser el referente sobre cualquier película sobre la guerra, o simplemente sobre una parte de la historia, que se haga en los próximos años; por ser una muestra de amor a su país desde una mirada crítica y sensata, siguiendo, precisamente, el modelo de Miguel de Unamuno…. En resumen, por contar tanto, tan bien y en tan poco tiempo.
Que esta película tenga un metraje más corto que Tesis lo dice todo sobre lo bien que ha madurado el director durante este tiempo. Incluso la música es notable, y la insistencia del director en ser también compositor de la banda sonora de sus películas ya no puede ser considerada como un capricho ni como un homenaje a John Carpenter. Mientras durante los últimos años algunos llegamos a pensar -mea culpa- que el director de Los otros ya había dado lo mejor de sí mismo, parece que lo realmente bueno estaba por llegar. Habrá que ver, eso sí, si Amenábar consigue encontrar otros temas que le produzcan el mismo interés.
Tráiler de Mientras dure la guerra