Crítica de Los Irregulares (serie de TV)

Hace unas semanas se estrenó en Netflix la nueva serie de Sherlock Holmes llamada “Los Irregulares” aunque de Sherlock tiene poco. Vamos a analizar su contenido y a decir las cosas que consideramos que pueden haber sido interesantes y cuáles nos han parecido un error.

La historia nos sitúa en un Londres de la época victoriana en el que empiezan a suceder hechos paranormales y nadie sabe de dónde vienen. Eso nos lleva a conocer a un grupo de adolescentes que viven en la absoluta pobreza y que han formado un grupo muy compacto en el que se ayudan unos a otros. En ese grupo encontramos a parte de los personajes principales y vamos a analizar cada uno de ellos:

Bea: Está interpretada por Thaddea Graham y tiene un carácter muy fuerte y podría decirse que es la cabecilla del grupo. Se encarga de proteger a los demás y su personaje nos parece interesante teniendo en cuenta que, desde bien pequeña ha tenido que ejercer de madre con su hermana y eso ha llevado a que tenga una madurez más rápida que la que podrían tener chicas de su edad.

Jessie: La actriz que interpreta este personaje es Darci Shaw y tiene un poder especial y gracias a él es como consiguen resolver los misterios. Es un personaje muy eclipsado por el de su hermana pero, ciertamente, nos parece muy interesante que sea de las pocas veces en cine o series que, la persona con poderes no sea la protagonista indiscutible, sino que tiene más peso en la historia su hermana que no tiene ninguna habilidad especial. En este aspecto, ACIERTO.

Billy: Es un personaje con mucho temperamento que no nos acaba de convencer del todo ya que su historia nos parece algo floja y que está puesto a pegote para crear el triángulo amoroso.

Spike: nos gusta bastante el personaje porque aunque no nos cuentan mucho de su vida, resulta agradable cada vez que sale en pantalla y su personalidad pega mucho con el actor.

Lino: Interpretado por Harrison Osterfield, es el nuevo del grupo y llega a ellos porque se enamora de Bea en una excursión por la ciudad siendo él el príncipe. Su historia podría ser mucho más interesante en cuanto a sus múltiples enfermedades y mostrar más la desigualdad de la vida rica y la pobre pero se quedan a medio gas.

En otro lado de la serie encontramos a Sherlock Holmes y al Doctor Watson que nos los muestran con un perfil para nada reconocibles a lo que estamos acostumbrados. Si normalmente estos personajes (que llevamos viendo el películas, series y novelas desde 1887) los hemos visto siendo súper inteligentes y resolviendo enigmas sin parar, esta vez los encontramos de un modo mucho más diferente en el que Sherlock es un drogadicto que no atina en muchas de sus deducciones y Watson tiene que buscar ayuda en el grupo de amigos para descifrar los enigmas.

Esta idea nos parece bastante interesante pero no para esta serie. Nuestra visión general es que han intentado crear una serie con el gancho de Sherlock Holmes pero, al final, poco tiene que ver con él. Demasiadas ideas en una misma serie y, tal vez, hubiera funcionado mejor si se hacen en series distintas, es decir, la nueva visión de Sherlock destruido por un lado y la historia del grupo de amigos adolescentes por otro lado.

Algo que ha llamado mucho la atención es la banda sonora de la historia que resulta demasiado actual para la época en la que se sitúa y nos da la sensación que su avaricia de intentar atraer al mayor público posible les ha pasado factura. La historia romanticona resulta poco atractiva a las personas adultas mientras que el lado más oscuro y tenebroso no resulta atrayente a los pequeños de la casa.

La idea general es que se queda muy a medio camino y está bien para pasar el rato pero poco más. Está llena de bastantes tópicos y el hecho de que cada capítulo sea un misterio nuevo, ya nos da la pista en el capítulo 2 de que el siguiente va a ser un poco más de lo mismo pero con otros personajes por lo que no nos genera esa necesidad y entusiasmo de ver un nuevo capítulo, lo ves más bien “porque toca”.