Crítica de Alpha
Aunque envuelto en un ropaje de película prehistórica, Alpha no deja de ofrecer un relato iniciático muy convencional lastrado además por una producción pobre y una fotografía de paisajes de diseño digital muy básico. Su mayor y su único punto innovador y de interés es una óptica animalista, que podría marcar una nueva tendencia en Hollywood, en la que el protagonista no humano está retratado casi con el mismo cuidado y respeto que el humano.
ALPHA de Albert Hughes
Hace unos 20.000 años la especie humana desarrolló un lazo especial de cooperación mutua y socialización con los lobos, tan intenso que modificó las condiciones genéticas de estos dando lugar a una nueva especie, el perro, en un proceso al que llamamos domesticación que ahora muchos científicos definen como bidireccional, puesto que la gran revolución que transformó a los cazadores y recolectores en agrícolas y ganaderos, dando lugar a grandes núcleos de población y configurando la sociedad en la que vivimos actualmente, habría sido más complicada o no habría podido tener lugar sin el éxito de la domesticación de los lobos, que supuso también nuestra domesticación por parte de los lobos. El origen de esta cooperación entre especies transformado en relato de ficción es la base de Alpha.
Versión light, pero más animalista, de En busca del fuego
El planteamiento es rico en posibilidades pero supone todo un reto; el más evidente, situar la acción en una comunidad radicalmente distinta a nuestra sociedad contemporánea. Para ello se han limado muchas asperezas, probablemente demasiadas, para lograr un relato que se ajuste a parámetros comerciales. Se nos presenta una tribu de cazadores fuertemente jerarquizada en torno a un único líder masculino y con roles de género muy marcados, algo que no concuerda con las teorías que manejan la mayor parte de antropólogos y estudiosos de la prehistoria, pero que permite acercar la historia a los cuentos de hadas tradicionales a los que estamos acostumbrados de príncipes torpes o con miedo que deben aprender a través de una experiencia iniciática a demostrar su valía para poder heredar el reino paterno. Y para resolver el problema más inmediato, el del idioma, se ha tomado la decisión coherente y valiente de no emplear el inglés sino una lengua inventada supuestamente prehistórica, pero los diálogos en una lengua inventada deberían reducirse a su mínima expresión y en cambio la película está llena de subtítulos casi siempre prescindibles que no tienen mayor función que la de evitar el handicap comercial que supondría presentar una obra prácticamente muda.
Nos encontramos por lo tanto ante un gato por liebre típico del cine comercial; plantear una propuesta atractiva y diferente, como es una historia situada hace 20.000 años, para luego no ser coherentes con ella sino adaptarla a parámetros convencionales y volver a contar lo que nos han contado ya, y mejor, muchas veces, a diferencia de En busca del fuego (Jean Jacques Annaud, 1981) que sí llevaba a cabo un mayor esfuerzo de inmersión en la prehistoria. Lo que más podría haber salvado la función, la fotografía de paisajes naturales no alterados por la mano humana, se diluye en infografías 3D de lo más monótonas y simplonas debido a lo pobre de la producción.
Lo único interesante y novedoso sería el peso de Alpha, el protagonista no humano que da título a la película; el tratamiento casi igual que reciben el animal humano y el lobo y la prácticamente total homología que se hace entre los comportamientos, los deseos y la importancia de la integración dentro de su clan para ambos hubiera sido muy difícil encontrarla en películas de hace no muchos años donde, por mucho cariño con el que fueran tratados los animales domésticos, la mirada hacia ellos era siempre paternalista en el mejor de los casos. Alpha podría considerarse en cierto sentido un hito con respecto al tratamiento de los personajes no humanos en Hollywood; el tiempo dirá si consigue marcar una tendencia.
Tráiler de Alpha en Español