Westworld nos trae esta semana su tercer capítulo ya, bajo el título de Virtù e Fortuna. La serie está consiguiendo montar una trama esta temporada clara, aunque con cierta confusión con los flashbacks todavía, que –sin embargo- no entorpecen cierta acción que esta semana nos trae. El recap del episodio anterior aquí. ¡Alerta spoiler!
The Raj
La primera gran sorpresa de la temporada no es saber que Dolores está “a tope” con su guerra particular contra los humanos, sino que nos enseñan un parque que todavía no habíamos visto, o dos. En el primer capítulo de la temporada, encontraban fuera de sitio a un tigre de bengala, venido del parque 6. En este parque empieza este episodio. Se llama The Raj, y está inspirado en el Raj Británico, cuando el Imperio controlaba en Asia territorios como la India o Pakistán.
Allí vemos un típico hotel colonial, donde nos presentan a Nicholas (Neil Jackson), que otea la terraza y encuentra a Grace (Katja Herbers). La conversación venidera no es muy alentadora, pero pronto pasa a mayores y la ropa les empieza a sobrar en su habitación. Aunque antes de continuar Grace tiene sus sospechas de que Nicholas podría ser un host, pese a la negativa del hombre.
Tiene una manera de asegurarse de que habla con un humano, sin embargo, y coge un arma y dispara a Nicholas, no causando más que un moratón en el pecho pero que da cuenta de que es de carne y hueso. Al menos, él. Ambos están allí para cazar tigres, así que no tardan en salir en batida montados en elefantes. Aunque, claramente, Grace no va buscando tigres sino otra cosa, y no deja de repasar un pequeño mapa que lleva en una libreta, que no quiere que su nuevo acompañante vea demasiado.
Llegan a un campamento y algo raro pasa allí, encontrando a algunos invitados muertos en una de las tiendas. Se giran para descubrir a uno de los guías de la expedición, Ganju (Sean Mann), apuntándoles con un arma. Nicholas, que sigue empeñado en que aquello es parte de una nueva historia que se han inventado, trata de calmar las cosas y por ello se lleva un disparo directo al corazón. Y esta vez para no recuperarse.
Grace, al menos, consigue finalmente escapar del lugar, solo para encontrarse con un tigre entre la maleza. Corre y corre e incluso sale de los límites del parque a un precipicio, donde termina cayendo al agua con el tigre encima. Sobrevive, al menos, y despierta en una orilla llena de barro, pero solo para descubrir a tres indios de la Nación Fantasma con cara de pocos amigos. Mala suerte. Confirmamos que los parques están todos pegados unos a otros, y que el caos es total. En todos.
Dolores se reencuentra con su padre
Peter Abernathy se ha vuelto la “persona” más buscada en Westworld, y cambia de manos como una moneda de euro. En el periplo que pasan Charlotte y Bernard le encuentran como parte de un grupo que tiene secuestrados Rebus (Steven Ogg), que piensa venderlos a los Confederados. A la pareja se les ocurre un plan con el que dejan KO a Rebus y Bernard se conecta a su sistema, cambiando por completo su personalidad (de malvado a salvador).
Rebus regresa al campamento de sus hombres y les mata, liberando a los rehenes. Peter, sin embargo, en vez de huir se queda a luchar a los Confederados, que precisamente hacen acto de presencia, y es apresado por ellos junto a Bernard (Charlotte es rápida y consigue escapar). A ambos se los llevan a Fort Forlorn Hope, bastión de los Confederados, donde precisamente llegan Dolores y sus hombres. Les recibe el Coronel Brigham (Fredric Lehne), que al principio no parece nada impresionado por Dolores. La cosa cambia cuando le regala un arma “moderna”, y le asegura que juntos pueden aguantar el ataque que se les viene encima e incluso ganar la guerra.
Claro, cuando Dolores ve allí en el fuerte a su padre y a Bernard, empieza el drama. Teddy no reconoce a Peter, pero es que ni él parece reconocerse a sí mismo. Entra y sale de personaje y se encuentra muy confundido, así que ella trata de buscar a alguien que le pueda ayudar: Bernard. Así que se conecta a Peter a ver qué encuentra, va a dar con un fichero encriptado, y entiende que los humanos harán lo que sea por encontrarle, y siempre les perseguirán. El fichero se resiste pero luego ya no, ¿qué pasará con él?
Nos habíamos dejado por ahí a Charlotte. Pues consigue llegar a territorio controlado por los humanos, donde no se fian que sea persona hasta que no le pasan el escáner por la nuca. Tiene una misión especial que cumplir y en un buggy se lleva a los mejores hombres dirección al fuerte, donde los Confederados han enterrado un montón de explosivos fuera frente a la entrada.
A Charlotte eso le da igual, porque mientras los agentes de seguridad de Delos comienzan su ataque al fuerte por la entrada, ella y su equipo se cuelan y se llevan a Peter. Dolores, que les caza llegando al buggy, empieza a disparar, aunque no puede evitar que Charlotte se salga con la suya. Eso sí, ordena a Teddy que envíe a sus hombres en su busca.
Lo cierto es que Dolores se la juega a los Confederados, pues su plan es el de cerrar las puertas dejando a sus hombres dentro y a los otros fuera, todo para hacer estallar el explosivo y acabar con el mayor número de enemigos posibles. Envía a Teddy a fusilar a los supervivientes, pero no es capaz de hacerlo y les deja libres, algo que ve Dolores con cara de cierto descontento.
Sometimes samurái
Por alguna razón, hay algo muy interesante en la trama de Maeve, Hector y Lee, y eso que lo único que hacen es moverse y tratar de encontrar a la hija de la primera. En su camino se cruzan con indios de la Nación Fantasma, que no tienen problema en dejarles marchar pero quieren a cambio a Lee. Maeve le necesita como guía, por lo que tienen que huir. Interesante que a Maeve no le funciona eso de intentar controlar a estos hosts. Interesante y problemático.
Menos mal que consiguen llegar a uno de los ascensores del parque y bajar a zona subterránea, aparentemente más segura. Me hace mucha gracia la sorpresa de Lee al presenciar los gestos de cariño de Hector hacia Maeve, pues él no está programado para ello. Hector parece que se ha salido del todo de su historia, pero al final dice las mismas palabras que Lee le escribió que dijese. Casi.
La tranquilidad –si la hay- no dura nada: escuchan disparos y un señor aparece corriendo envuelto en llamas. La culpable es la host Armistice (Ingrid Bolsø Berdal), que está de caza bajo tierra quemando a gente. Les lleva a una sala donde vemos apresados a Sylvester (Ptolemy Slocum) y Felix Lutz (Leonardo Nam), ambos trabajadores de Westworld. Todos juntos suben en un ascensor a la superficie.
De noche y bajo la nieve, el grupo se mueve sin saber muy bien dónde están aparentemente. Lee sí que sabe donde está, se supone, pero ya no sabemos si lo está improvisando según van moviéndose o si sabe realmente llegar dónde estaría la hija de Maeve. Encuentra en la nieve una cabeza, cerca de una hoguera, y segundos después les ataca un samurái katana en mano. Lo que decimos, ¿andan un poco perdidos o qué? ¿Han entrado en otro parque de temática japonesa? Ya hemos visto antes samuráis en esta serie.
Última actualización: 09/05/2018