Velvet Temporada 2 Capítulo 12 Análisis: “Despedidas”

Velvet, la serie protagonizada por Paula Echevarría y Miguel Ángel Silvestre, entre otros, encara la recta final de su segunda temporada con unos episodios cargados de emociones. En este duodécimo capítulo titulado “Despedidas”, lo sentimientos de la gente de las galerías estarán a flor de piel y, después de este episodio, nada volverá a ser como antes. Si quieres saber lo que ha sucedido, sigue leyendo pero ¡¡alerta spoiler!!

Ana lamenta la ruptura con Carlos, pero sabe que eso es lo mejor para los dos. Sin embargo, el que no lo tiene tan claro es el piloto, que insiste para que vuelva con él. Ana acepta conversar pero éste se niega a que la chica le deje abandonado, tanto es así que insiste de malas maneras, pero Ana no va a ceder, ella quiere a Alberto.

Tras el rechazo de Ana y el mal trago pasado por ambos, Carlos llama por teléfono a las galerías para pedirle disculpas por su comportamiento y solicitarle una segunda quedada, pidiéndole encarecidamente que baje a hablar con él. Ana acepta y baja, quiere acabar con esta historia de una vez por todas.

Ana le deja las cosas claras, no va a aceptar las flores, ya no son novios y no quiere nada más con él. Carlos coge del brazo a Ana pero aparece Alberto y defiende a la que siempre será su amor verdadero, liándose a puñetazos con el piloto. Mientras Ana cura a Alberto las heridas provocadas por la trifulca, se funden en un apasionado beso.

Bárbara tampoco lleva bien que su marido siga trabajando codo con codo con Patricia, pero a diferencia de otras ocasiones, ha llegado la hora de darle el ultimátum definitivo, esta vez van a abandonar la ciudad y ambos se van a alejar de las galerías y de todo lo que tenga que ver con Patricia. 

Tras darle un ultimátum a su marido, Bárbara se despide de su cuñada, si no puede echar a Patricia de las galerías, se llevará a Enrique por la fuerza. Patricia acude a hablar con su hermano y éste le confiesa que su acercamiento a Patricia es por puro interés, por sus acciones. Lo que desconoce Enrique es que Patricia ha sido testigo de la conversación.

De nuevo, Bárbara se presenta en el despacho de su marido, donde también está Patricia. Enrique le dice que no se va a ir a ningún sitio y Bárbara le explica que entonces se puede despedir de ella y de su hija. Bárbara se marcha pero no sin antes dejarle claro a Patricia que la va a hundir en la miseria. Una desconsolada Bárbara se desahoga con Mateo que decide acogerla en su casa.

La boda de Pedro y Rita es inminente, gracias a una llamada telefónico, los chicos han conseguido que el enlace se celebre en el pueblo dentro de tres días. La premura del evento impide poder preparar los detalles con mimo pero hay una cosa que Ana y el resto de chicas quieren conseguir para Rita, el vestido de sus sueños. 

Con la ayuda de Raúl de la Riva, que se lamenta por no poder acudir a la boda, las chicas celebran la despedida de soltera de Rita en una fiesta de carnaval muy chic. El principal motivo por el que Raúl quiere acudir a la fiesta es por conseguir que el diseñador del vestido de boda ideal de Rita acepte dejarle un diseño para el enlace. Sin embargo, el diseñador resulta ser un borde pero Ana le pone en su lugar y consigue su propósito.

Mientras tanto, la despedida de soltero de Pedro ha sido “por todo lo alto”, junto con su primo Jonás y don Emilio. La celebración se ha saldado con una resaca monumental, los dos jóvenes no han logrado aguantar el ritmo de su jefe. A pesar de todo, Jonás aprovecha el momento y se lanza y le pide a Luisa que le acompañe a la boda de Rita y Pedro, a lo que la chica da una respuesta afirmativa.

Por su parte y a pesar de su ruptura con Mateo, Clara acude a su despacho para solicitarle un par de días libres para marcharse con su hermana a Porrillos a planificar y organizar la boda, para desgracia de Mateo, que pensaba que la conversación iba a ir por otros derroteros.

Mientras que Alberto trata de disfrutar al máximo los días junto a su madre, Isabel se empeña en ocultar que el final está cada vez más cerca. Aún contando con escasas fuerzas, Isabel decide zanjar asuntos del pasado antes del último suspiro. En primer lugar, acude a las galerías, quiere volver a ver a su gente para comprobar que todo marcha a la perfección. En segundo lugar, desea pasar una última velada junto con don Emilio.

Mientras Isabel y Emilio pasan una cena agradable, la mujer de Alberto le confiesa que ha descubierto que nunca le ha dicho un “te quiero”, que sabe que su matrimonio nunca fue real, que él sólo se caso con ella por el dinero de su padre. Pero la tensa conversación se interrumpe cuando don Emilio pide auxilio desde abajo, Isabel se ha desmayado.

En una última conversación con su madre, Isabel hace prometer a su hijo que luchará por Ana. Entre lágrimas y bajo la atenta mirada de don Emilio que escucha compungido las últimas palabras de Isabel, Alberto le promete que peleará por lograr tener una vida feliz junto a Ana y conseguir que, de una vez por todas, el amor verdadero triunfe.

Isabel ha dejado un gran vacío en las galerías, pero sobre todo en la vida de Alberto. Sin embargo, esta situación es la que le dará fuerzas para enfrentarse cara a cara con lo que no funciona en su vida. Por su parte, Ana acude al evento del año. La esperada boda de Rita y Pedro promete muchas sorpresas, pero sobre todo la alegría de disfrutar del ansiado “si quiero”, aunque las hay que acuden al enlace un poco conmocionadas. Es el caso de Luisa a la que acaban de hacer una propuesta que no puede rechazar pero que la alejaría de las galerías, de sus amigas… y de Jonás.

Última actualización: 20/02/2015