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Sitges 2013: días 4-5

Sitges 2013

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Volvemos a la carga con un nuevo repaso a lo más destacable que hemos visto en Sitges estos últimos 2 días.

– Solo dios perdona (Only god forgives Nicolas Winding Ref., 2013)

Era de esperar que un tío tan radical como el danés necesitara quitarse de encima el éxito de Drive, esa película que le ha gustado a todo el mundo y de la que escucharemos sus pegadizas sintonías en todos los spots publicitarios de los próximos veinte años.

Por eso ha vuelto a juntarse con su inquieta estrella para presentar una suerte de remake esteta de Kickboxer, aquella inolvidable epopeya marcial de nuestro querido Van Damme. Afortunadamente, esta cucada visual no sobrepasa los noventa minutos, principal virtud de una cinta que puede (y debe) irritar a los espectadores menos preparados. Curiosamente, la peli del conductor de la chaqueta de escorpión también debería haber corrido la misma suerte, pero por esas cosas de la vida, lo petó cosa mala.

No me ha hecho demasiada gracia ni pillando sus salidas de tono, pero hay que reconocer que bonita sí es. Y poco más.

Only God Forgives - Sitges 2013


– Gente en sitios (Juan Cavestany, 2013)

Cavestany es lo mejor que le ha pasado al nuevo cine español en mucho tiempo. Veterano y curtido en todos los terrenos, el director inició con Dispongo de barcos (2010) una trilogía hecha a mano que se cierra con su más redonda obra. Gente en sitios supera las cotas de hilaridad hispánica del ascopena que ya se intuía en la gloriosa Gente de mala calidad y que perfeccionó con la indispensable El señor. Una cantidad ingente de microrrelatos protagonizada por una cantidad insultante de actores maravillosos, un montón de miseria y muchas carcajadas. Ver para creer. Fabulosa.

Gente en Sitios - Sitges 2013


– A field in England (Ben Wheatley, 2013)

El director de la mejor comedia del festival del año pasado presenta su película más difícil. Y eso es mucho decir de alguien que ha firmado trabajos como Kill List o Down Terrace (2009). Podría ser que rodar una película tan desenfadada como Turistas (Sightseers, 2012), no fuera suficiente para alguien como Wheatley, así que no perdió el tiempo y sin pausa se metió en esta historia de alquimistas británicos en mitad de un campo rodeado de hongos alucinógenos y mala uva. A field in England es un hueso duro de roer, pero su fotografía en blanco y negro y su caleidoscópica locura hacen que el (mal) viaje merezca la pena.

A Field In England - Sitges 2013


– L´étrange couleur des larmes de ton corps (Hélène Cattet, Bruno Forzani, 2013)

Ay, qué día duro de festival. Los directores de la gozosa Amer han querido repetir la jugada y la cosa ha salido rana. Todos los aciertos de aquel elegante juguete de diseño se amplifican hasta la extenuación y terminan por agotar la paciencia de quien ya llevaba demasiadas horas de arte y ensayo. Una película muy bonita, sí, pero también muy cansina.

Nuevo repaso al cine visto en Sitges 2013


– Hellbenders (J.T.Petty, 2012)

Petty ya me había dado un disgusto en la edición de 2008 (si no recuerdo mal) con The Borrowers, un western-monster movie al que no guardo ningún cariño.

Tampoco Hellbenders conseguirá que me interese por su carrera. Chapucera y sin gracia, fue ideal para decidir dormir un rato y recuperar energías.

Enemy (Denis Villeneuve, 2013)

Con Prisioneros recién estrenada en nuestras pantallas, hemos podido ver la nueva-nueva película de su director. Una adaptación de El doble, de José Saramago, escrita por Javier Gullón (El rey de la montaña) que ha sido la sorpresa más agradable del festival. Un thriller de ritmo pausado pero poderoso, con una interpretación extraordinaria de Jake Gyllenhaal desdoblándose y matizando sus dos perfiles de manera ejemplar.

Su final, el más sobrecogedor que recuerdo en mucho tiempo, dará que hablar por muchas, muchas razones.

Enemy - Sitges 2013


– Open Grave (Gonzalo López-Gallego, 2013)

Tengo un gran recuerdo de El rey de la montaña (2007) y de la edición de se año en Sitges, un año espléndido con una cosecha de títulos despampanante. Por desgracia, su director no ha recuperado el mojo de aquel trepidante survivor. Apollo 18, un encargo de última hora de los Weinstein, no aportaba nada al found-footage ni al horror espacial, así que teníamos ganas de ver cómo le salía la jugada de Open Grave. Lamentablemente, nuestras dudas se disiparon rápidamente: no funciona. El halo de misterio de su presentación desemboca en una sucesión de tópicos televisivos modernos que tira por tierra la elegante puesta en escena de sus primeros minutos. Ingenua y mediocre, Open Grave es otra oportunidad perdida.

Open Grave - Sitges 2013


Computer Chess (Andrew Bujalski, 2013)

Esta comedia de estilo reportaje premiada en Sundance es una de las cosas más extrañas que he visto en una pantalla de cine. Este experimento, rodado con una videocámara Sony AVC-3260 del año 1969, recrea las convenciones de principios de los ochenta en las que programadores y ajedrecistas competían en los tableros, es una comedia puramente (retro)geek. Puede que sus ganas de participar en el multigénero acaben jugando en su contra, porque en su último tercio pasa de Apartamento para tres a Cabeza borradora en un minuto, pero es suficientemente atractiva como para no recordarla durante mucho tiempo.

Computer Chess - Sitges 2013


Willow Creek (Bobcat Goldthwait, 2013)

Quién nos iba a decir a nosotros que el inolvidable Zed de Loca Academia de policía (de la segunda en adelante) iba a convertirse en uno de los directores más interesantes de la actualidad. Con la incomodidad por bandera y ofreciendo títulos como Los perros dormidos mienten (2006) o la soberbia El mejor padre del mundo (2009), puede que Goldthwait termine por ser la esperanza perdida en el horror. Hoy mismo, después del pase, ha confirmado que trabaja en una película de bebés monstruosos en la línea de la trilogía de Larry Cohen, Estoy Vivo.

Found footage honesto, nada tramposo y con todos y cada uno de los planos justificados, Willow Creek no cae en el saco sin fondo de explotaciones de brujas en Blair porque consigue ser inteligente y honrada. Puede que al final no todos se den por satisfechos con su resolución (vale, quizá no es lo más honesto de la película. ¿O sí?), pero los magníficos momentos de tensión, sobre todo en su largo plano de la tienda de campaña, con más de una tensión pendiente, funcionan de manera ejemplar.

Nada que objetar: ha sido la primera película de terror que hemos visto en cinco días.

Willow Creek - Sitges 2013

Última actualización: 17/10/2013

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